Subscribe:

martes, 1 de diciembre de 2015

MIEDO INFANTIL


Los miedos en general y cualquiera de sus modalidades en la etapa infantil suponen un fenómeno universal y omnipresente en todas las culturas y tiempos. La única explicación a esta regularidad es que el miedo debe tener un importante componente de valor adaptativo para la especie. En pequeña escala, estas sensaciones que se viven como desagradables por parte del niño o adolescente pueden cumplir una función de supervivencia en el sentido de apartarle de situaciones de peligro potencial (no acercarse a ciertos animales, no entrar en sitios oscuros, etc.). Sin embargo, cuando este miedo es desadaptativo (no obedece a ninguna causa real de peligro potencial o se sobrevaloran las posibles consecuencias) el resultado es un enorme sufrimiento por parte del niño que lo padece y sus padres. El miedo, puede entonces condicionar su funcionamiento y alterar sensiblemente su capacidad para afrontar situaciones cotidianas (ir a dormir, ir a la escuela, estar sólo, etc.).

                                                           
                                      

MIEDOS SEGÚN EDAD:

De 0 a 3 años: 
Según algunos autores, los bebés no comienzan a manifestar el sentimiento de miedo antes de los seis meses de vida. Es a partir de esa edad cuando empiezan a experimentar miedos a las alturas, a los extraños y otros. Estos tres tipos de miedo se consideran programados genéticamente y de un alto valor adaptativo. De hecho su presencia denota un cierto grado de madurez en el bebé, A esta edad también surge la ansiedad de separación de la figura de apego.
Entre el año y los dos años y medio se intensifica el miedo a la separación de los padres a la que se le suma el temor hacia los compañeros extraños. Ambas formas de miedo pueden perdurar, en algunos casos, hasta la adolescencia y la edad adulta, tomando la forma de timidez. Lo habitual es que vayan desapareciendo progresivamente a medida que el niño crece.
Toman el relevo como temores más significativos el daño físico (accidentes) o los médicos (heridas, sangre, inyecciones).
Puede también presentarse, dependiendo de las circunstancias, temor hacia el fracaso escolar, temores a la crítica y miedos diversos en la relación con sus iguales (miedo hacia algún compañero en especial que puede mostrarse amenazador o agresivo).
El miedo a la separación o divorcio de los padres estaría ahora presente en aquellos casos en el que el niño perciba un ambiente hostil o inestable entre los progenitores

De 3 a 5 años:
Se mantienen los de la etapa anterior (extraños, ruidos, etc.) pero van incrementándose los posibles estímulos potencialmente capaces de generar miedo. Ello va en paralelo al desarrollo cognitivo del niño. Ahora pueden entrar en escena los estímulos imaginarios, los monstruos, la oscuridad, los fantasmas, o algún personaje del cine. La mayoría de los miedos a los animales empiezan a desarrollarse en esta etapa y pueden perdurar hasta la edad adulta.

De 6 a 11 años:
El niño alcanza la capacidad de diferenciar las representaciones internas de la realidad objetiva. Los miedos serán ahora más realistas y específicos, desapareciendo los temores a seres imaginarios o del mundo fantástico.


CAUSAS DE LOS MIEDOS INFANTILES
Que uno sea más miedoso que otro no depende únicamente de su carácter, de su genética, sino también de otros factores que pueden hacer que un niño desarrolle distintos miedos:

  • La observación. Muchas veces se tiene miedo porque se ha visto o aprendido que se debe tener miedo. Los padres con tendencia a ser miedosos suelen tener hijos con miedos. Sin querer, proyectan eses miedos y temores, que el niño detecta y le hace sentirse más inseguro. Los hijos buscan las reacciones emocionales de sus mayores ante situaciones de tensión o desconocidas para ellos, les usan como modelos. Si el niño percibe ansiedad en su madre al hablar de inyecciones, será más probable que él mismo sienta ansiedad cuando sepa que le tienEn que pinchar.
  • Las experiencias desagradables, el aprendizaje directo. Por ejemplo, el miedo a no poder respirar se puede dar en un niño con ataques de asma o que se despierta de repente por la noche con la sensación de no poder respirar. Este miedo podría desencadenar un ataque de pánico si no se trata de la forma correcta. O el miedo a los ruidos fuertes en un niño que de más pequeño sufrió quemaduras al jugar con un petardo que le explotó en las manos.
  • Las experiencias vitales violentas o traumáticas pueden generar muchos miedos y fobias: presenciar malos tratos, peleas o situaciones que le impacten emocionalmente (accidentes, muerte de algún ser querido, etc.).
  • Las amenazas. El miedo se produce a veces por la imprudencia de los adultos. Amenazarlos con dejarlos solos, llevarlos al médico o llamar al hombre del saco cuando se portan mal o no quieren comer, no es lo más adecuado para imponer autoridad. Sólo en algunos casos es correcto “meterles miedo” como forma de evitar un peligro: no subirse a los árboles, no cruzar solo la calle, no irse con desconocidos…
  • La televisión. Algunos miedos, a los fantasmas, a los monstruos,…tienen su causa directa en escenas impactantes, dramáticas, violentas o de terror. Evidentemente, es totalmente desaconsejable que los niños vean este tipo de programas o películas cuando aún no tienen la edad suficiente para separar claramente la ficción dela realidad. Por otra parte, los menores de 3 años nunca deberían ver la TV; no la necesitan y no están maduros para asimilar las imágenes.
  • La propia imaginación infantil, que crea amenazas ficticias. Muchos de los niños que tienen miedo a la oscuridad, lo que tienen es miedo de sus propias fantasías que afloran por la noche, cuando están a solas y se sienten inseguros y desprotegidos. No olvidemos que los niños en edad preescolar tienen una imaginación desbordante. Y como aún no distinguen claramente entre el mundo real y la fantasía, es fácil que se sientan algo confundidos.

¿QUÉ HACER ANTE LOS MIEDOS INFANTILES?
  • En primer lugar vivir la situación del niño con tranquilidad, sin mostrar (al menos delante de él) preocupación o angustia. 
  • Hay que avanzar paulatinamente. No dar importancia a los retrocesos y celebrar los pequeños pasos. La solución a los miedos no es evitarlos sino enfrentarnos a ellos. Sin embargo, en el caso de los niños, debemos hacerlo con calma y con mucho sentido común.
  • Una forma muy eficaz de actuar es mediante el modelado. Uno de los padres puede efectuar la conducta temida (p.e. estar en la habitación a oscuras) para enseñar al niño que no sucede nada.
  • Evitar siempre ridiculizar al niño por sus miedos, en especial, delante de sus compañeros. No reírse de él, no castigar ni sermonear. La atención debe estar dirigida a las posibles soluciones no a las consecuencias punitivas. 
  • Evitar el visionado de películas, juegos o actividades que comporten violencia, miedo o terror. Procurar que las personas de su entorno no lancen mensajes amenazadores (si no comes llamaré a....; si no te portas bien se lo diré a.....)

¿CUÁNDO PEDIR AYUDA PROFESIONAL?

Cuando los miedos son más severos, persistentes y alteran significativamente el funcionamiento del niño en su entorno familiar, escolar o social, podemos encontrarnos con trastornos que ya no formarían parte del ciclo evolutivo “normal” sino que deberían ser objeto de tratamiento especializado (fobias específicas, trastornos de ansiedad u otros).


domingo, 1 de noviembre de 2015

VACUNACIÓN FRENTE A LA GRIPE 2015-16


Resumen de las recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) para la campaña 2015-2016
GRUPOS DE RIESGO
     - Niños a partir de los 6 meses de edad y adolescentes en las siguientes situaciones o enfermedades de base:
  • Enfermedad respiratoria crónica (p. ej. fibrosis quística, displasia broncopulmonar, bronquiectasias, asma e hiperreactividad bronquial, etc.).
  • Enfermedad cardiovascular grave (congénita o adquirida).
  • Enfermedad metabólica crónica (p. ej. diabetes mellitus, errores congénitos del metabolismo, etc.).
  • Enfermedad crónica renal (p. ej. insuficiencia renal, síndrome nefrótico, etc.) o hepática.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
  • Inmunodeficiencia congénita (se excluye el déficit aislado asintomático de IgA) o adquirida (incluye la administración de corticoides sistémicos a dosis altas y mantenidas).
  • Asplenia funcional o anatómica.
  • Enfermedad oncológica.
  • Enfermedad hematológica moderada o grave (p. ej. hemoglobinopatía con repercusión clínica, leucemia, etc.).
  • Enfermedad neuromuscular crónica y encefalopatía moderada o grave.
  • Malnutrición moderada o grave.
  • Obesidad mórbida (IMC mayor o igual a 3 desviaciones estándar por encima de la media).
  • Prematuridad.
  • Síndrome de Down u otros trastornos genéticos con factores de riesgo.
  • Tratamiento continuado con ácido acetilsalicílico (por riesgo de síndrome de Reye en el caso de infección por virus gripal).
  • Embarazo en adolescentes.
     - Niños sanos a partir de los 6 meses, adolescentes y adultos sanos que convivan (convivientes y cuidadores) con pacientes de riesgo.


miércoles, 14 de octubre de 2015

LA FIEBRE


La fiebre constituye un motivo frecuente de consulta al pediatra de atención primaria y los servicios de urgencias. Y es motivo habitual para dar tratamiento sintomático, bien por indicación médica, bien por criterio de la familia o del personal de las oficinas de farmacia. No obstante, el uso de antipiréticos en Pediatría debe hacerse de una forma más racional y sabiendo su utilidad y sus limitaciones.

La fiebre no es una enfermedad; sirve para defendernos contra las infecciones causadas tanto por virus como por bacterias.
Aquí puedes leer las recomendaciones que hacen desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)






viernes, 14 de agosto de 2015

CELOS INFANTILES


Se trata de la imaginaria y sentida pérdida de afecto, en especial de la estima de la madre. Suele deberse a la llegada de un hermanito y a la aparente predilección de la madre por él. El primer hijo disfruta de la atención de sus padres de forma exclusiva pero cuando llega el hermanito pierde esa exclusividad, dando lugar a nuevos sentimientos. La alteración en su comportamiento es normal, pudiendo aparecer celos ante el bebé recién llegado. De los padres y de su entorno depende que este cambio en la estructura familiar se realice sin grandes traumas o que, por el contrario, se inicie un calvario para toda la familia.
Tanto durante el embarazo como posteriormente, el hermano mayor necesitará más atención, con el fin de disminuir en lo posible su sensación de desplazado. Durante el ingreso hospitalario, el hermano mayor puede visitar a la madre y conocer al bebé.
Tras el alta hospitalaria, ya en casa, no debéis olvidar que vuestro hijo mayor os necesita y, puesto que la madre estará más ocupada en los cuidados del recién nacido, el padre puede aprovechar este momento para reforzar la relación con el mayor. El niño necesita ahora más que nunca la seguridad y la confianza de sus padres;
Intentad mantener en lo posible las rutinas que seguíais antes del nacimiento del bebé: salida al parque, cuento antes de dormir, etc.

Vuestro hijo mayor verá cómo cuidáis al bebé, le dais la toma, le cambiáis el pañal, le bañáis, le vestís, etc. Puede pensar que si él vuelve a necesitaros para estas tareas, quizá paséis más tiempo juntos. Este comportamiento o etapa regresiva requiere que seáis comprensivos con él, reforzando las conductas ya aprendidas y haciendo que comprenda que a él le queréis tanto como antes y que ahora él va a ser el ejemplo a seguir para su hermano pequeño. Los mayores generalmente acaban aburriéndose en el papel del bebé si no se le da excesiva importancia a este comportamiento.


        MANIFESTACIONES DE CELOS:

  •  Reacciones de hostilidad y agresividad hacia el hermano: con golpes, mordiscos, pellizcos, empujones o cualquier maniobra para hacerle daño, sobre todo cuando el pequeño no está acompañado. A veces, alternan manifestaciones de protección con otras de agresividad. La hostilidad hacia la madre puede manifestarse en forma de desobediencia sistemática, mal humor o frases agresivas. O puede aparecer una agresividad no consciente, con pérdida de control esfínteres, desgana, tics nerviosos, etc.
  • Cambios de personalidad: se manifiestan en forma de excesiva adhesión o vigilancia de la madre, aislamiento, hablar poco, o como conductas de regresión e infantilismo tales como solicitar ayuda para comer o para el aseo personal. Los cambios de humor también pueden ser frecuentes y no sería extraño que vuestro hijo mayor pase en un instante de achuchar al bebé a querer dañarle físicamente en un arrebato de celos. Según su edad, puede no conocer las consecuencias de sus actos, y para evitar un daño mayor, es conveniente que inicialmente no dejéis al recién nacido solo con su hermano.
No todos los niños manifiestan los celos con rabietas, otros pueden desarrollar una verdadera depresión, con alteración del sueño y del apetito pasándolo en silencio e introversión.
    QUÉ HACER:
  • Debe evitarse el refuerzo de las actitudes regresivas: no deben reírse las “gracias” si estas son una regresión hacia conductas más infantiles.
  • Hay que evitar la comparación innecesaria entre hermanos. En la comparación siempre sale perdiendo alguien y el niño celoso se siente continuamente despreciado respecto a su hermano, que además de ser más pequeño, lo hace mejor.
  • El incremento de órdenes y exigencias actúa como factor de mantenimiento de los celos. Resulta chocante para el niño que, de pronto, se le exija que haga cosas que antes no eran de su competencia.

 Es más importante la calidad que la cantidad de tiempo que se pasa con el hijo mayor. Hay que buscar momentos en los que no haya interrupciones para que la relación sea productiva. Ambos padres deben involucrarse en la relación de los hermanos. Tienen que enseñarles a convivir, compartir, esperar su turno. Pueden utilizar actividades lúdicas que supongan interacción en el sentido de cooperación, respeto y tolerancia. Aunque es difícil, hay que hacer caso omiso de los comportamientos inadecuados provocados por los celos. Los padres han de saber que cuando el niño advierta su indiferencia, incrementará la intensidad y frecuencia de sus quejas. Es el momento de ser paciente y esperar que poco a poco vaya cediendo en su actitud. Puede usarse algún tipo de sanciones como, por ejemplo, el aislamiento en su cuarto durante un tiempo, no ver el programa de televisión, etc. Siempre que se utilice este tipo de sanciones hay que explicar al niño por qué le castigan, además de señalarle qué debe hacer para actuar correctamente. Durante el señalamiento hay que mantener la calma para mostrar al niño cómo se resuelven los conflictos sin el empleo de la fuerza y sin humillaciones.

martes, 14 de julio de 2015

10 MANDAMIENTOS DE LAS VACACIONES CON NIÑOS



Llegan las vacaciones y con ellas un período de merecido descanso para niños y padres. Sin embargo, tenemos que estar atentos  a una serie de normas para no tener que lamentarnos más tarde. Llevarlas a la práctica no cuesta mucho, ya verás:




A esto hay sumar por las numerosas quemaduras solares que hay, la adecuada fotoprotección de la piel. Recordemos además que la piel tiene memoria y suma toda la radiación solar que recibe a lo largo de la vida. Por tanto es fundamental que usemos protectores solares en niños superiores a 30 y no olvidarnos de renovarlos cada 2 horas, si se bañan antes. 
En bebés de menos de 6 meses se recomienda no exponerlo al sol, y que vaya protegido con ropa y gorro.
Tenéis más informacion sobre cremas solares en otra entrada anterior del blog.
¡¡¡FELICES VACACIONES!!!!

jueves, 25 de junio de 2015

PROGRAMA DE SALUD INFANTIL


Este mes ha entrado en vigor el nuevo Proceso de Salud Infantil diseñado por un grupo de profesionales, tanto pediatras como enfermeras de la Comunidad Autónoma.

  
El nuevo proceso presenta cambios con respecto al que estaba en vigor desde el año 2003, se adaptan las revisiones al calendario vacunal existente en la actualidad, y se introducen nuevas herramientas diagnósticas.
Supone un cambio en la edad en la que se hacen las revisiones a los niñ@s y se especifíca de forma clara quien es el profesional encargado de realizarlas en cada edad.

 Por tanto la enfermera realizará las revisiones de 5 días, 2 meses, 4 meses, 18 meses, 9 años y 14 años.
Y tanto la enfermera como el pediatra realizarán juntos las revisiones de 15d-1mes, 6 meses, 12 meses, 2 años, 4 años, 6 años, 12 años.

Como siempre para poder realizar estas revisiones deberán ponerse en contacto con su enfermera para concertar la cita correspondiente.

viernes, 22 de mayo de 2015

ESPASMOS DEL SOLLOZO


Un espasmo del sollozo es una situación que ocurre en algunos niños sanos (cerca del 5%), entre los 6 meses y los 5 años de edad y que, a pesar de su benignidad, puede asustar al que lo observe.
 

¿Qué son los espasmo del sollozo?

Son episodios desencadenados por un enfado, una regañina, un susto o una emoción importante, en los que el niño deja de respirar bruscamente, se priva. No se sabe por qué ocurren, ni por qué los tienen unos niños y otros no. Son más propensos los hijos de padres que han tenido espasmos del sollozo de pequeños. A pesar de ser muy alarmantes, su naturaleza es totalmente benigna sin ningún riesgo para la salud

¿Cuáles son los síntomas y tipos?
  • Los espasmos de sollozo cianóticos: Tras una caída, un golpe, una contrariedad o un enfado, el niño llora o intenta llorar. Después, de repente, deja de respirar y comienza a ponerse poco a poco morado y rígido (espasmo del sollozo cianótico). Si el episodio se alarga más de 10-15 segundos pueden producirse algunas sacudidas, como convulsiones. Finalmente, el niño rompe a llorar o pierde la conciencia brevemente. Los padres que ya han sido testigos de espasmos de sollozo cianóticos saben exactamente cuándo está a punto de producirse uno nuevo, porque la cara del niño empieza a tomar lentamente un tono azul, que puede ir de azul pálido a casi morado.
  • Los espasmos de sollozo pálidos son menos comunes y más imprevisibles, porque ocurren cuando un niño sufre un susto o un sobresalto repentino (como que alguien le sorprenda viniendo por detrás). A diferencia de los espasmos de sollozo cianóticos, estos niños se quedan pálidos, casi blancos, durante los espasmos.
Los dos tipos de espasmos provocan que los niños dejen de respirar y pierdan la conciencia durante hasta un minuto. En los casos muy extremos, los niños pueden sufrir convulsiones. Tener una convulsión no significa una lesión a largo plazo ni que el niño tenga el riesgo de desarrollar un trastorno de convulsiones.
Lo espasmos del sollozo producen mucha alarma en las familias. Sin embargo, los niños se recuperan en unos segundos, sin que haga falta hacer nada especial.
 
¿Qué se puede hacer?

Mantener la calma o al menos intentarlo. Los espasmos del sollozo terminan tan rápido como comienzan, en pocos segundos y sin ninguna repercusión para el niño. No hay que zarandear, gritar, ni golpear al niño, ya que esto no conseguirá que el espasmo ceda más rápidamente y puede lesionarle sin querer. Tampoco es necesario realizar respiración boca-boca, ni otra maniobra de reanimación. Puede ser difícil para los padres estarse quietos hasta que el niño se recupere, pero hay que intentar convencerse de que se recuperan solos, sin ninguna consecuencia. Una forma de asumirlo es pensar que el niño tiene rabietas fuertes, especiales, y que son gajes del oficio de ser niño.
 
¿Cuándo debo consultar?

Si el niño tiene un primer episodio y no se está seguro de que realmente se trate de un espasmo del sollozo, se debe consultar al pediatra. Si se está muy preocupado por los episodios o son muy repetitivos también se pueden consultar con el pediatra las dudas y preguntar sobre cómo actuar.
 
¿Qué consecuencias tienen?

Ninguna. Los niños se recuperan íntegramente en cada episodio y no existe asociación con ninguna enfermedad. Los niños con espasmos del sollozo tampoco tienen más riesgo de desarrollar epilepsia, aunque en algunos episodios puedan producirse sacudidas (convulsiones), como en las crisis epilépticas.
 
¿Cómo se pueden prevenir?

No se pueden prevenir. Hay que recordar que “igual que vienen, se van”.

Como algunos espasmos del sollozo están desencadenados porque se ha reprendido al niño cuando ha hecho algo mal o se le lleva la contraria, hay padres que intentan evitar estos episodios, no regañando a sus hijos. Es importante continuar corrigiendo su comportamiento y no ceder ante las rabietas. Los límites y las normas siguen siendo necesarios para que los niños se sientan seguros.


Mas informacion en: http://enfamilia.aeped.es

viernes, 17 de abril de 2015

QUE HACER ANTE UN ATRAGANTAMIENTO

El atragantamiento suele ocurrir de forma rápida e inesperada, creando mucha angustia en los padres por la posibilidad de asfixia. De ahí la importancia de saber actuar ante esta situación.
Esperamos que nunca tengas que enfrentarte a una situación en la que tienes que salvar la vida de un bebé. Sin embargo, puede suceder y lo mejor es estar preparados. Los bebés pueden ahogarse con alimentos o juguetes, caer en el agua de la bañera o de una piscina y asfixiarse con cordones de, por ejemplo, prendas de vestir, bolsos y cortinas.
Se habla de atragantamiento cuando un cuerpo extraño (comida, pieza de un juguete, objeto pequeño…) se introduce en la vía respiratoria, obstruyéndola e impidiendo que el aire entre en los pulmones. Como no se puede respirar con normalidad, existe riesgo de asfixia.
Si de repente tu bebé no puede llorar o toser, algo podría obstruir sus vías respiratorias, y necesitarás ayudarlo a que lo expulse. Puede ser que haga ruidos raros o no produzca ningún sonido en absoluto mientras abre su boca, se lleva las manos al cuello, no puede hablar...
En las formas más graves, los labios se ponen morados y se pierde el conocimiento.

¿Qué puedo hacer?

En primer lugar es importante tratar de mantener la calma para poder actuar de forma adecuada.
Si el niño tose adecuadamente y con fuerza, se le debe animar a toser, sin hacer ninguna otra maniobra. No se le debe golpear en la espalda, ni intentar sacarle el cuerpo extraño de la boca a ciegas.
Si tose o hace arcadas, hay solo una obstrucción parcial de las vías respiratorias. En este caso, deja que siga tosiendo. Toser es la manera más efectiva de eliminar una obstrucción.

Si el niño está consciente pero tiene una tos débil, poco efectiva, es incapaz de hablar o la dificultad para respirar es muy importante, se debe llamar al número de teléfono 112 (emergencias) y socorrerlo inmediatamente. Se procederá de la siguiente manera:
  • Observar la boca y, si el objeto está visible, extraerlo mientras se tenga a la vista, con cuidado de no empujarlo hacia dentro. 
  • Si no se ve nada en la boca o no se puede extraer el objeto, colócalo con cuidado boca arriba, apoyado sobre tu antebrazo, y con la misma mano sostén su cabeza y su cuello. Coloca la otra mano y antebrazo encima del niño, de manera que esté en medio de tus antebrazos. Extiende tu mano y usa tus dedos pulgar e índice para sostener la mandíbula del bebé. Dale la vuelta al niño y colócalo con cuidado boca abajo, apoyado sobre tu antebrazo. Baja tu brazo y apóyalo sobre tu muslo de modo que la cabeza del bebé esté por debajo de su pecho. 
  • Con el talón de la mano dar 5 golpes en la parte alta de la espalda, entre los omóplatos. 
  • Posteriormente, si no se ha expulsado nada y el niño sigue con problemas, coloca tu mano libre (con la que le diste los golpes en la espalda) sobre su nuca y apoya el mismo brazo en su columna vertebral. Dale vuelta con cuidado manteniendo tu otra mano y antebrazo en su pecho. Extiende tu mano y usa tus dedos pulgar e índice para sostener la mandíbula del bebé, al mismo tiempo que lo colocas en medio de tus antebrazos para apoyar su cabeza y nuca. Baja el brazo que está sosteniendo su espalada en tu muslo opuesto, procurando que la cabeza del bebé esté por debajo de su cuerpo. 
  • Coloca las yemas de dos o tres dedos en el centro del pecho del bebé, justo por debajo de una línea imaginaria ubicada entre sus pezones. Para hacer una compresión pectoral, presiona el pecho tratando de que se comprima alrededor de unos 3-4 cm. Luego deja que regrese a su posición normal. Realiza cinco compresiones pectorales. Mantén tus dedos en contacto con el esternón de tu bebé. Las compresiones pectorales deben ser suaves, no bruscas. Si el niño tiene mas de un años realizar las 5 compresiones abdominales en la boca del estómago (maniobra de Heimlich). 
Este ciclo —observar la boca, 5 golpes en la espalda y 5 compresiones torácicas o abdominales— debe repetirse tantas veces como sea necesario, hasta que el niño expulse el objeto, respire mejor o pierda la conciencia.


lunes, 16 de marzo de 2015

INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN PEDIATRÍA


Las infecciones del tracto urinario son frecuentes en la población infantil. En torno a los 5 años, aproximadamente el 8% de las niñas y entre el 1% y el 2% de los niños han padecido por lo menos una. En los niños mayores, este tipo de infecciones cursan con síntomas evidentes como escozor, molestias o dolor al orinar. En los lactantes y niños pequeños, este tipo de infecciones puede ser más difícil de detectar porque los síntomas son menos específicos.

La mayoría de estas infecciones están provocadas por bacterias, siendo la más común la E. coli. La infección puede afectar a cualquier parte del tracto urinario, aunque la parte baja (compuesta por la uretra y la vejiga) suele ser la más afectada, denominándose CISTITIS. Cuando la infección se extiende hacia partes más altas del tracto urinario, ascendiendo por los uréteres hasta los riñones, se denomina PIELONEFRITIS y generalmente es más grave.





¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?

Los síntomas predominantes en la cistitis son dolor durante la micción, necesidad constante de orinar y con urgencia, retención ocasional, dolor abdominal debajo del ombligo y, en ocasiones, restos de sangre en la orina. En la pielonefritis aguda, en cambio, la sintomatología es más llamativa con fiebre (a veces elevada y acompañada de escalofríos), dolor abdominal o lumbar y vómitos. En lactantes y niños menores de dos años, la pielonefritis puede manifestarse únicamente como fiebre sin evidenciar foco en la exploración o acompañarse de rechazo del alimento o incluso estancamiento de peso.

¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?

La infección de tracto urinario se asocia a anormalidades anatómicas, como la obstrucción del tracto urinario o al reflujo vesicoureteral, al uso de sondas urinarias, a procedimientos endoscópicos, etc., pero la mayoría de ellas ocurre en niños sanos, en ocasiones por hábitos higiénicos y de uso del váter inadecuados 

¿CÓMO PREVENIRLAS?

Es muy importante que los niños mantengan una higiene adecuada y que los padres tomen algunas medidas importantes de prevención. Alguna de ellas son: no dejar a los niños los pañales mucho tiempo sin cambiar, evitar la humedad, favorecer la costumbre de que aprenda a regularizar su vejiga y a hacerla autónoma, y, en general, tener una buena higiene en todo el cuerpo y especialmente en la zona íntima.

En los lactantes y niños de entre 1 y 3 años, el hecho de cambiarles frecuentemente los pañales puede ayudar a prevenir la proliferación de las bacterias que provocan las infecciones del tracto urinario. Cuando los niños empiezan a utilizar el váter y a limpiarse solos, es importante enseñarles buenos hábitos higiénicos. A las niñas se les debe enseñar que, después de cada deposición, deben limpiarse con el papel higiénico de delante hacia atrás -no de atrás hacia delante- para impedir que los gérmenes procedentes del recto entren en la uretra. A los niños se les debe enseñar a no aguantarse las ganas de orinar porque la orina que permanece en la vejiga proporciona a las bacterias un campo de cultivo idóneo para proliferar. Es aconsejable el uso de ropa íntima de algodón y utilizar jabones neutros. 



domingo, 25 de enero de 2015

DEFORMIDADES DE LA CABEZA: La plagicefalia posicional


Los trastornos en la forma y tamaño de la cabeza de los bebés son relativamente frecuentes.
La causa mas frecuente es la plagioceflia posicional o postural, de carácter generalmente benigno, que suele mejorar con medidas posturales en unos meses y no produce ninguna alteración neurológica.
Menos frecuente y mas difícil de corregir es la craneosinostosis verdadera que se produce por el cierre precoz de las suturas craneales,cuyo tratamiento normalmente ha de ser quirúrgico.
Aquí hablaremos de la plagicefalia posicional de como detectarla, prevenirla y tratarla.

La plagiocefalia posicional es una deformidad de la cabeza del bebé producida por una postura determinada que actúa modificando la forma de la cabeza del niño.

¿Como se produce?

Se produce por aplicación constante de fuerzas de presión sobre el cráneo, que es muy maleable en los niños pequeños.
Posibles causas de presión:
  • Vida intrauterina: fetos grandes, embarazos múltiples,anomalías uterinas,posiciones fetales prolongadas, partos con forces o ventosas, etc
  • Después del nacimiento:
                - posición elegida por el bebé sin una razón clara (siempre se apoyan en la misma posición)
                - presencia de tortícolis muscular congénita (reduce la movilidad del cuello)
                -  posición supina durante el sueño.Desde que se recomienda esta posición ha aumentado los casos de plagiocefalia postural. Pero la recomendación de dormir boca arriba se mantiene, para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante.
                - niños mantenidos en cunas o carritos portabebés durante muchas horas.

¿Como se diagnostica?

El pediatra o la enfermera con una simple exploración física es capaz de detectarla.
La cabeza típicamente redondeada al nacimiento, se deforma poco a poco. Después de varias semanas tiene un cráneo oblícuo, con aplanamiento en la nuca. Se abomba uno de los lados de la frente y una oreja está mas adelante y separada que la otra. También se puede ver un ojo más pequeño que el otro.Y en algunos casos, inclinación y rotación de la cabeza (tortícolis).
En algunos casos serán necesarias pruebas mas específicas para detectar otras patologías.

Prevención y tratamiento.

Lo más importante es la prevención, evitando que el niño esté siempre acostado sobre el mismo lado de la cabeza y procurando fortalecer el tono muscular de cuello y espalda. Es importante seguir estas pautas:

"TIEMPO PARA DORMIR"
Desde el nacimiento marcar una rutina, colocarlo con la espalda apoyada en el colchón y rotar alternativamente la cabeza(una vez hacia un lado y en el próximo hacia el otro).

Cambios diarios en la orientación del lactante.Un día la cabeza del lactante a la cabecera de la cuna y ,al día siguiente la cabeza a los pies de la cuna.(Rotando el niño o la cuna)

"TIEMPO PARA JUGAR "

Comenzar a partir del mes de vida, por periodos breves al principio, que irán aumentando según el desarrollo y la fuerza del bebé. Jugar con él boca abajo (siempre despierto y acompañado de un adulto).
También es bueno tenerlo en brazos y jugar con él, evitando así apoyos prolongados de la cabeza en la misma posición.El bebé debe estar poco tiempo en las sillitas en las que se mantiene una postura fija de la cabeza.



Si falla la prevención es importante el diagnóstico precoz y realizar un tratamiento postural adecuado y de estiramientos musculares si existe tortícolis (fisioterapia). En casos tardíos pueden ser necesarios el uso de Ortesis (cascos).

¿Que pronóstico tiene?.

La plagioceflia posicional no afecta al cerebro ni sus funciones.
Si se realizan las medidas recomendadas la mayoría de los niños mejoran en 2 o3 meses.