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lunes, 16 de marzo de 2015

INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN PEDIATRÍA


Las infecciones del tracto urinario son frecuentes en la población infantil. En torno a los 5 años, aproximadamente el 8% de las niñas y entre el 1% y el 2% de los niños han padecido por lo menos una. En los niños mayores, este tipo de infecciones cursan con síntomas evidentes como escozor, molestias o dolor al orinar. En los lactantes y niños pequeños, este tipo de infecciones puede ser más difícil de detectar porque los síntomas son menos específicos.

La mayoría de estas infecciones están provocadas por bacterias, siendo la más común la E. coli. La infección puede afectar a cualquier parte del tracto urinario, aunque la parte baja (compuesta por la uretra y la vejiga) suele ser la más afectada, denominándose CISTITIS. Cuando la infección se extiende hacia partes más altas del tracto urinario, ascendiendo por los uréteres hasta los riñones, se denomina PIELONEFRITIS y generalmente es más grave.





¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?

Los síntomas predominantes en la cistitis son dolor durante la micción, necesidad constante de orinar y con urgencia, retención ocasional, dolor abdominal debajo del ombligo y, en ocasiones, restos de sangre en la orina. En la pielonefritis aguda, en cambio, la sintomatología es más llamativa con fiebre (a veces elevada y acompañada de escalofríos), dolor abdominal o lumbar y vómitos. En lactantes y niños menores de dos años, la pielonefritis puede manifestarse únicamente como fiebre sin evidenciar foco en la exploración o acompañarse de rechazo del alimento o incluso estancamiento de peso.

¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?

La infección de tracto urinario se asocia a anormalidades anatómicas, como la obstrucción del tracto urinario o al reflujo vesicoureteral, al uso de sondas urinarias, a procedimientos endoscópicos, etc., pero la mayoría de ellas ocurre en niños sanos, en ocasiones por hábitos higiénicos y de uso del váter inadecuados 

¿CÓMO PREVENIRLAS?

Es muy importante que los niños mantengan una higiene adecuada y que los padres tomen algunas medidas importantes de prevención. Alguna de ellas son: no dejar a los niños los pañales mucho tiempo sin cambiar, evitar la humedad, favorecer la costumbre de que aprenda a regularizar su vejiga y a hacerla autónoma, y, en general, tener una buena higiene en todo el cuerpo y especialmente en la zona íntima.

En los lactantes y niños de entre 1 y 3 años, el hecho de cambiarles frecuentemente los pañales puede ayudar a prevenir la proliferación de las bacterias que provocan las infecciones del tracto urinario. Cuando los niños empiezan a utilizar el váter y a limpiarse solos, es importante enseñarles buenos hábitos higiénicos. A las niñas se les debe enseñar que, después de cada deposición, deben limpiarse con el papel higiénico de delante hacia atrás -no de atrás hacia delante- para impedir que los gérmenes procedentes del recto entren en la uretra. A los niños se les debe enseñar a no aguantarse las ganas de orinar porque la orina que permanece en la vejiga proporciona a las bacterias un campo de cultivo idóneo para proliferar. Es aconsejable el uso de ropa íntima de algodón y utilizar jabones neutros.