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lunes, 28 de febrero de 2022

 

ENURESIS NOCTURNA INFANTIL

  

 

¿QUÉ ES?

Podríamos decir que ENURESIS es el término que define a no ser capaz de controlar la orina. También se le puede dar el significado de micción involuntaria. La enuresis nocturna es la micción involuntaria que ocurre por la noche, mientras se duerme, después de haber llegado a esa edad en la que el niño debería ser capaz de controlar la vejiga. Si la micción involuntaria se produce de dia, se hablaría de enuresis diurna.

Mojar la cama, a pesar de haber una creencia generalizada de que solo sucede con los niños pequeños, es un problema que afecta a 1-2 de cada 100 adolescentes, siendo de 2 a 3 veces mas frecuente en niños que en niñas.

Se consideran los 5 años como edad inapropiada, ya que en nuestra sociedad se espera que para entonces ya se haya alcanzado completamente el control vesical nocturno, aunque sería posible admitir la edad de 6 años en los varones porque suelen alcanzar más tarde el control nocturno del esfinter vesical.

 

¿PORQUÉ SE PRODUCE LA ENURESIS?

La vejiga es un receptáculo muscular, un recipiente que contiene la orina. A medida que la orina va entrando y se va acumulando en su interior, se va dilatando y luego se contrae para expulsar la orina. Cuando ese vaciado de la vejiga se produce de forma involuntaria, es decir, la persona no es capaz de controlar el vaciado de la vejiga, estaríamos hablando de “enuresis”. Si el vaciado involuntario de la vejiga sucede por la noche, mientras se duerme, estaríamos  hablando de “enuresis nocturna”.
  

TIPOS DE ENURESIS

Podríamos decir que existen 2 tipos de enuresis:

_ enuresis primaria, personas que llevan mojando la cama desde que eran bebés. Es el tipo más frecuente de enuresis.

   _ enuresis secundaria, se desarrolla como mínimo 6 meses después (o incluso varios años después) de haber aprendido a controlar la vejiga.
 

CAUSAS DE LA ENURESIS NOCTURNA 

No es fácil conocer las causas que producen la enuresis nocturna, pero existen varios factores que pueden influenciar potenciando su aparición, como pueden ser:

       Factores genéticos: los científicos han identificado genes específicos que causan la enuresis. Si alguno de los progenitores ya sufrió en su niñez este problema, es muy probable que el niño también lo padezca, aumentando la probabilidad si lo padecieron uno o los dos progenitores.

      Problemas en la vejiga: hay veces que la vejiga de algunos adolescentes y adultos puede ser más pequeña de lo normal, por lo que la cantidad de orina que puede almacenar es menor. Un exceso de espasmos musculares en la vejiga puede ser otro problema que ayuda a impedir que este órgano retenga una cantidad normal de orina.

  Estrés: este es uno de los motivos más comunes de la enuresis secundaria. Determinadas situaciones como un cambio de colegio, el divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido, etc.. son problemas que pueden generar estrés, y este estrés puede producir incontinencia urinaria. Tratar el estrés y mejorarlo supondría detener la enuresis.

      Problemas del sueño: tener un sueño muy profundo puede ser causa de la enuresis, pues el niño no es capaz de despertarse cuando necesita orinar.

    Afecciones médicas: problemas y enfermedades como la diabetes, trastornos por  déficit de atención o hiperactividad, enfermedades de la vejiga o del riñón, estreñimiento, pueden ser causantes de la incontinencia urinaria o enuresis.


EVALUACIÓN POR EL PEDIATRA 

El pediatra de su hijo revisará su historia clínica, preguntándole a los padres sobre ciertas conductas o síntomas que pudiese presentar su hijo como pueden ser la necesidad de ir de manera urgente al baño, si orina con mucha frecuencia o si tiene dolor o escozor al orinar. Preguntará también sobre los patrones de sueño, con qué frecuencia tiene evacuaciones intestinales el niño y sobre la salud familiar.

Otros temas sobre  los que el pediatra solicitará información es si alguno de los padres se orinaba en la cama por la noche cuando ellos eran niños y también sobre la existencia de algún factor de estrés o algún acontecimiento estresante en la vida del niño que pudiera estar sumándose al problema.

Por otro lado, el pediatra le hará a su hijo un examen físico completo, junto con  un análisis de orina, el cual podrá indicarnos la presencia de algún signo de infección si lo hubiera. En la mayoría de los niños con enuresis, los resultados de este análisis son absolutamente normales.

 

EXISTEN TRATAMEINTOS

Recordar que el tratamiento de la enuresis secundaria es similar al de la enuresis primaria, y debe de ir enfocado en primer lugar a llevar a cabo actuaciones sobre los factores desencadenantes, en caso de que se conozcan. Es decir, por ejemplo, si sabemos que pudiera haber una situación de estrés que estuviese afectando al niño, habría que intentar en primer lugar resolver esa situación estresante.

El tratamiento se puede iniciar a partir de los 5 años, pero varía en función del niño y de su familia.

Los niños más pequeños que mojan la cama pocas noches a la semana son los que más probabilidad tienen de curar sin ayuda médica. Los niños que la mojan casi todas las noches y los mayores de 9 años y adolescentes, seguramente seguirán con el problema si no se tratan.

Podríamos decir que existen dos tratamientos eficaces para solucionar o controlar la enuresis, uno farmacológico y el otro no.

_ Alarma de enuresis: enseña a que el niño responda a las sensaciones de la vejiga llena mientras duerme. Consiste en el uso de un dispositivo que hace sonar una campanilla o bien emite un zumbido o vibración cuando detecta que la ropa interior del niño se está mojando. Con esta alarma conseguimos que a lo largo del tiempo, el cerebro se entrene para asociar la sensación de querer orinar con la alarma que se dispara, levantarse e ir al baño. Esta terapia requiere de la participación activa de un adulto, para asegurar que el niño se despierte del todo y vaya al baño cuando la alarma se dispara. Esta técnica bien realizada es el tratamiento más eficaz y exige motivación, esfuerzo y colaboración del niño y la familia.

_ Farmacológicos: hay medicamentos que se utilizan para la incontinencia urinaria, como pueden ser la imipramina y la desmopresina. Hay que tener en cuenta que la incontinencia urinaria suele aparecer de nuevo a la hora de suspender el tratamiento, a no ser que el niño haya podido ya superar la enuresis.

   La imipramina se utiliza en niños mayores de 5 años y funciona bien en algunos casos de niños con enuresis nocturna. Es un medicamento antidepresivo con escaso efecto sedante. Como con todos los medicamentos, existe la posibilidad de sobredosis por lo que requiere una estrecha vigilancia por parte de los padres a la hora de administrar el medicamento. También se recomienda antes de su utilización, la realización de un electrocardiograma para descartar cualquier patología cardíaca. No se debe utilizar en niños con un ECG (electrocardiograma) anormal.

●   La desmopresina es un medicamento que actúa disminuyendo la producción de orina por la noche. Mejora la incontinencia urinaria en un 40 a un 60 % de los niños. Es idónea para situaciones en las que el niño vaya a estar fuera de casa por poco tiempo, como podría ser un campamento o una excursión, salidas esporádicas.  Tiene riesgos de intoxicación si se ingieren  líquidos después de la toma del medicamento. Debe evitarlos desde 1 hora antes hasta 8 horas después de su toma.

Habitualmente se necesitan varios meses para solucionar la enuresis. Puede haber recaídas que aconsejen nuevos ciclos o cambios de tratamiento, pero la mayoría de los casos se curan.

 

CONSEJOS 

Hay consejos que se pueden dar a esos padres cuyos hijos sufren enuresis nocturna.  Algunos de esos consejos son:

  Animar a su hijo a que vaya al baño durante el día cada 2 ó 3 horas, e inmediatamente antes de irse a la cama.

   Despertar a su hijo por la noche para orinar, pero una sola vez. Hacer que se despierte más veces podría cambiar su patrón del sueño, pudiendo provocarle problemas durante el día siguiente.

       Evitar bebidas azucaradas y refrescos sobre todo por la noche, antes de acostarse y disminuir el consumo de alimentos o bebidas con cafeína.

        No riña ni castigue al niño que moja la cama, y evite que se sienta culpable.  No lo hace porque quiere. Seguramente a él también le molesta, aunque no lo diga.

      Un consejo familiar sería no burlarse del niño, pues su autoestima está en juego.

 

La incontinencia urinaria suele desaparecer por sí sola en la mayoría de los casos. Los niños la superan al final de la adolescencia, si no antes. Si la incontinencia urinaria no se detuvo al terminar la adolescencia, su hijo deberá ir al médico.

No retrase la visita al pediatra si su hijo padece enuresis nocturna, pues cuanto antes lo haga, antes encontrará la solución más adecuada para su hijo y familia.

 

 

 

Bibliografía consultada 

  https://enfamilia.aeped.es

  https://www.aeped.es;

  https://www.healthychildren.org