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lunes, 30 de diciembre de 2013

SÍNDROME ALCOHÓLICO FETAL


 DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS:

El Síndrome alcohólico fetal (S.A.F.) se incluye dentro de los denominados síndromes de influencia prenatal. A diferencia de los síndromes genéticos, el SAF se produce durante la gestación del embrión y no viene determinado de antemano por un error en la codificación genética. Su causa es la ingesta y abuso de alcohol (etanol) por parte de la madre durante el período de formación del feto antes de su nacimiento.

Se identifica por un patrón de anormalidades físicas, funcionales y de desarrollo entre las que se encuentran las siguientes:
  • Bajo peso al nacer.
  • Microcefalia (circunferencia pequeña de la cabeza).
  • Retraso en el crecimiento.
  • Retraso y problemas en el desarrollo: malformaciones de tipo cardiaco, genitourinario y esquelético. También son frecuentes los problemas visuales y auditivos.
  • Anomalías del sistema locomotor.
  • Dificultad para las relaciones con los demás.
  • Dificultades de aprendizaje, que incluyen disminución de la memoria, mala comprensión del lenguaje, o poca capacidad para resolver problemas.
  • Problemas de comportamiento, que incluyen hiperactividad, dificultad en la concentración, retraimiento social, impulsividad y ansiedad. 
  • En algunos casos pueden presentarse episodios de epilepsia.
  • Alteraciones del SNC, consistentes en retraso mental, generalmente moderado (CI variable entre 50-80), niveles bajos de atención, labilidad emocional...
  •  Fenotipo peculiar con anormalidades faciales. Incluyen ojos de tamaño inferior al normal, rasgados y anomalías palpebrales. Mejillas aplanadas. Malformación del paladar, orejas u otros. Nariz respingona y corta con la ranura entre ella y el labio superior (filtro) mal desarrollada o ausente. Frente abombada. Mandibula pequeña (micrognata), que da al rostro el denominado "perfil de pájaro".

domingo, 29 de diciembre de 2013

MASAJES PARA EL COLICO DEL LACTANTE

En una entrada anterior os hablé de los cólicos del lactante.
Hoy quiero enseñaros un vídeo en el que se muestra como hacer masajes al bebé para prevenirlos o minimizarlos.
Es importante hacer estos masajes cuando el bebé se encuentra bien, y no esperar a que empiece los cólicos, pues una vez que aparecen ya no le ayudará y su tripita estará tan dura que no sera eficaz el masaje.




lunes, 2 de diciembre de 2013

PREVENCIÓN DE ACCIDENTES EN LA INFANCIA


   La ilimitada curiosidad de la infancia, necesaria para el aprendizaje puede ser causante de numerosos accidentes. Para prevenirlos es preciso conocer la actitud del niño, el entorno en el que se desenvuelve y los peligros que le rodean.
   Durante los primeros años la seguridad del niño depende en gran parte de los padres y las personas adultas cercanas a él pues es el hogar el entorno más habitual.
   En los 6-7 primeros meses el bebé tiene limitada su capacidad de movimiento aunque con las manos intenta coger cosas y llevárselas a la boca. A partir de esta edad el bebé ya empieza a gatear y andar, subir y bajar escaleras, desplazarse, puede alcanzar objetos tóxicos y tiene gran curiosidad, pero carece de sensación de peligro.
   Los accidentes más frecuentes son las caídas, las intoxicaciones, quemaduras, ingestión de cuerpo extraño con asfixia y atragantamiento. Menos frecuentes pero no por ello menos graves son el ahogamiento y los accidentes de trafico.

A continuación figuran recomendaciones para prevenir los accidentes infantiles de origen doméstico y de tráfico: 

CAÍDAS:

- Los barrotes de la cuna deben ser lo suficientemente altos y próximos para que el niño no pueda salir ni introducir la cabeza entre ellos. No dejar objetos en la cuna sobre los que el niño pueda subirse y saltar.

- Instalar protecciones en las ventanas balcones. Colocar puertas o vallas en la parte superior de las escaleras, porches altos o zonas elevadas. 

- Colocar alfombrillas antideslizantes en la bañera. 


domingo, 1 de diciembre de 2013

COLICOS DEL LACTANTE


¿Qué son los cólicos del lactante?

Es normal que un bebé llore en determinadas situaciones: porque tenga hambre o sed, incomodidad por calor, frío o el pañal mojado, ruido ambiental o, simplemente, como forma de reclamar atención o contacto de sus padres. En esos casos el bebé se tranquiliza si se satisfacen sus demandas.  Pero en los cólicos del lactante el bebé sigue llorando.
Para hacerse una idea de lo que supone, la definición más extendida del cólico del lactante habla de un llanto intenso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos 3 semanas en un bebé sano y bien alimentado. Pocas cosas pueden ser más frustrantes para unos padres que ver a su bebé llorando de manera continua sin causa aparente. Sin embargo, es algo bastante frecuente, pues en torno a una cuarta parte de los niños padecen estos cólicos durante los primeros meses de vida.
Suele aparecer a partir de los 15 días de vida, siendo especialmente frecuente en torno al mes y medio y desapareciendo hacia los 4 meses de edad. Por esa razón se conocen también como cólicos del primer trimestre.
La causa de los cólicos del lactante no se conoce bien, por lo que se han propuesto diversas explicaciones. Pueden estar influidos por factores psicológicos y sociales, como una excesiva estimulación del bebé, una respuesta exagerada o ansiosa ante su llanto, cambios constantes en la rutina diaria, así como el cansancio y la inexperiencia de los padres (es más frecuente en el primer hijo). Por parte del bebé puede existir una hipersensibilidad ante determinados estímulos. También se plantean causas digestivas, como la propia inmadurez del aparato digestivo de los bebés, con mucha facilidad para que las fibras musculares del intestino se contraigan generando cólicos dolorosos y dificultad para expulsar los gases. Pueden influir alteraciones en la flora bacteriana intestinal o la presencia de estreñimiento.
En cuanto a la dieta, hay pocas diferencias entre el tipo de lactancia, aunque con leche materna son algo menos frecuentes. La alergia a las proteínas de la leche de vaca puede ser un desencadenante de los cólicos en una pequeña parte de los casos, que mejorarían al usar una fórmula láctea especial o al retirar los lácteos de la dieta de la madre en el caso de que reciba leche materna.