HIPOACUSIA O SORDERA EN EL RECIÉN NACIDO: DETECCIÓN PRECOZ
¿EN QUÉ CONSISTE LA SORDERA O HIPOACUSIA?
La hipoacusia o sordera es la incapacidad total o parcial para oír
sonidos en uno o en ambos oídos. Es la alteración sensorial más frecuente
del ser humano, llegando a afectar a 5 de cada 1000 recién nacidos, según el
Instituto Nacional de Estadística.
Los problemas de audición en los recién nacidos interfieren en el desarrollo de su lenguaje, por lo que es importante detectar cuanto antes cualquier tipo de sordera, así como prestar especial atención a las posibles señales que pueda manifestar el bebé en sus primeros años de vida.
¿MECANISMOS DE PRODUCCIÓN?
Alrededor
del 80% de los casos de sorderas infantiles graves y profundas están presentes
al nacimiento y más de un 60 % de estas sorderas puede tener un origen genético.
Otras situaciones que se pueden
dar durante el embarazo aumentan el riesgo de tener sordera o hipoacusia, como
pueden ser infecciones como meningitis o infecciones durante el embarazo
(rubeola, toxoplasma, citomegalovirus) o nacidos con algunas malformaciones.
También situaciones en las que haya existido hipoxia perinatal, antecedentes
familiares de sordera neurosensorial o de causa no filiada.
Comentar que la mayoría de niños sordos son hijos de padres que oyen bien.
SÍNTOMAS
El papel de los padres es muy importante en la
detección de los problemas de audición. Deben observar el comportamiento del
bebé durante sus primeros meses de vida ante los estímulos sonoros y estar
atentos a las señales del desarrollo
del lenguaje de los niños. Por ejemplo, los niños hasta los 3 meses
aproximadamente, cuando se producen ruidos o sonidos fuertes, se despiertan, abren más los
ojos o parpadean, o se sobresaltan si estos son muy fuertes. También, la voz de
la mamá calma al bebé. De 6 a 9 meses, el bebé puede producir sonidos, suele
decir mamá, papá, realizar canturreos, gorgojeos, puede buscar la fuente de voz
moviendo la cabeza y el cuerpo a un lado o al otro y de los 12 a 15 meses, el
bebé responde al llamarle por su nombre, cumple ordenes sencillas e imita
ciertos sonidos, además de que ya puede decir ciertas palabras.
Todas estas fases por las que irá pasando el bebé en sus primeros meses de vida, son en las que los padres deben de estar atentos y comprobar que las respuestas que va ofreciendo el niño son las normales que se corresponden a cada edad.
Si en algún momento pensamos que el niño no oye bien, es aconsejable consultar al pediatra.
De no detectarse a tiempo, la sordera conlleva a la ausencia del lenguaje. Un niño que no oye puede tener un desarrollo aparentemente normal hasta los 18 o 24 meses de vida, en los que un retraso en la adquisición del lenguaje puede ser normal, por lo que se puede pasar por alto que el niño sea sordo. El problema de una detección tardía es que estos niños no hablan porque no oyen, por lo que la detección y el tratamiento deben ser lo más precoces posibles para que el niño desarrolle el lenguaje correstamente.
PRUEBAS UTILIZADAS PARA DETECTAR LA SORDERA
Actualmente, en Castilla La Mancha, está implantado el
cribado auditivo poblacional y universal, destinado a la detección temprana de déficits auditivos en recién nacidos, que pueden
ocasionar trastornos en la audición y el desarrollo del lenguaje.
La prueba se
realiza en los servicios de maternidad, antes del alta hospitalaria a todos los
recién nacidos, preferiblemente a partir de las 48 horas de vida. La
información sobre el resultado de la prueba es proporcionada de inmediato por
el personal sanitario y debe constar en el informe de alta.
Las 2
pruebas que se utilizan normalmente en recién nacidos son:
- Otoemisiones acústicas. Consiste en colocar un pequeño dispositivo en la oreja del recién nacido, concretamente en el conducto auditivo. A través de este, se envía una señal y se recoge la respuesta cuando el oído no presenta anomalías. Esta prueba es no invasiva, es decir, el bebé no siente ningún dolor, y además dura menos de dos minutos.
- Potenciales evocados auditivos. Solo se realiza en algunos casos, dura alrededor de 5-10 minutos y requiere que el bebé se mantenga tranquilo o incluso dormido. En esta prueba también se colocan unos cables adheridos a la piel.
TRATAMIENTO
Cuando se diagnostica
la sordera, es fundamental realizar tratamiento, el cual va ser
interdisciplinar pues contará con las actuaciones de pediatra, otorrino,
logopeda, psicólogo etc.. Se llevará a cabo la atención temprana del bebé,
tratamiento por un logopeda adecuado a su edad, adaptación audioprotésica si
precisa o bien el tratamiento quirúrgico mediante un implante coclear.
También, dependiendo de la edad del niño, es
fundamental la colaboración de los profesores en la escuela y el contacto por
parte de los familiares con asociaciones de sordos para que nos puedan prestar
su ayuda.
Bibliografía consultada
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https://www.aeped.es