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martes, 29 de junio de 2021

 PRIMERA VISITA DEL RECIÉN NACIDO A SU CENTRO DE SALUD

La primera revisión del recién nacido en su centro de salud, en condiciones normales y siempre y cuando haya sido dado de alta en el hospital porque todo ha transcurrido correctamente, se realiza entre los 5 y 10 días tras el nacimiento. Esta cita normalmente es concertada por el profesional de enfermería mediante llamada telefónica (captación activa) a la madre o a algún familiar en el segundo o tercer día después de haber nacido. 

El nacimiento de un bebé supone una nueva situación en la familia que en la mayoría de los casos genera en los padres una gran cantidad de dudas, incertidumbres, preguntas... de cómo actuar frente a las demandas y necesidades del bebé, y que a menudo son causa de estrés, pudiendo incluso alterar las emociones y el estado de ánimo. Es por esta razón por lo que podríamos considerar a esta primera visita como de las mas importantes, y no en sí por la propia revisión física del bebé que también es importante (recordar que hace tres o cuatro días aún estaba en el hospital bajo revisión continua), sino por la cantidad de información que va a ser requerida por parte de los familiares para poder afrontar mejor y con mas seguridad esta nueva situación.

En las numerosas revisiones que se realizan del bebé o niño sano en el centro de salud, en la mayoría de ellas participan el pediatra y la enfermera/o aunque esto depende un poco de las zonas de salud y de los mismos profesionales participantes.

En el SESCAM utilizamos un protocolo denominado “protocolo de Salud Infantil” que nos ayuda y facilita la tarea a la hora de realizar la revisión del bebé o niño, evitando que se pasen por alto algunos aspectos de la revisión y que consiste en ir rellenando una serie de Items a través de los cuales se va completando la exploración del niño. Este protocolo incluye: anamnesis, valoración de salud mental, valoración del sueño, exploración, examen neurológico, examen ocular, educación sanitaria, vacunación y profilaxis. 

La enfermera/o es habitualmente la encargada de realizar la primera revisión del recien nacido.

Lo primero que realizamos es una pequeña anamnesis del recien nacido y del parto (tipo de parto, peso al nacer y al alta, talla y perímetro cefálico, tipo de lactancia, algunos datos referentes a la madre, etc). Importante en este paso y sobre todo en estos primeros días tras el nacimiento, el insistir en la importancia de la lactancia materna y los beneficios que conlleva sobre el bebé (seguramente que ya lo hicieron el hospital). Un bebé alimentado con leche materna tendrá menos infecciones respiratorias, gastrointestinales y de oído, un desarrollo motor, cognitivo e inmunológico óptimo,  menos alergias, menos problemas digestivos y mejor flora intestinal, menos estreñimiento y verá reducido el riesgo de muerte súbita del lactante. 

Tras ésto pasamos a pesar, medir y tallar al bebé. Controlar el peso de los niños es una de las cosas que a los padres les parece más importante. A los bebés recién nacidos hay que pesarlos porque saliendo de alta del hospital, el mayor problema que pueden tener es que estén comiendo poco, sobre todo en madres que amamantan a sus hijos y que realmente no sabemos la cantidad de leche que toman. El peso que tenga el día de la visita se contrasta con el peso que hizo al irse de alta del hospital y con el peso con el que nació. Es lógico y normal que el bebé pueda perder peso durante los primeros 2-3 días,  pero despues debe de empezar a ganar peso. Digamos que es preocupante cuando un bebé llega a perder el 10% de su peso corporal (si pesa un 10% menos del peso con el que nació), pero normalmente se intenta no llegar a ese límite y si se ve que la tendencia es a la baja se empiezan a buscar soluciones.

 


Después de pesarlo se mide al bebé, el cual puede haber crecido algún centímetro o incluso puede medir menos que en el hospital (no es que encojan, sino que quizás allí hubo algúna diferencia al estirar la pierna del bebé para medir o puede ser algún error al anotar) y se medirá también el perímetro craneal, más que nada para tener una referencia de que todo es normal, pues lo lógico es que no haya variado demasiado con respecto a las medidas al nacer y que fueron tomadas en el hospital. 

 



Además de medir la cabecita del bebé se comprueba el aspecto de la cabeza y se miden las fontanelas que no deben estar ni abombadas ni hundidas, comprobamos también el color de la piel por si hubiese algo de ictericia, algo normal en estos primeros dias del nacimiento si no es muy acusada. Posteriormente comprobamos el estado del cordón umbilical que podría haber caído ya o por el contrario podría estar todavía bastante fresco en algunas zonas y preguntamos en este punto a la madre si tiene claro la forma de cuidar el cordón, algo que en la mayoría de casos les han exlicado en el hospital aunque de nos ser así daríamos a la madre las explicaciones oportunas.

A lo largo de toda la revisión por parte del profesional de enfermería, lo normal es que tanto la madre como el padre formulen muchas preguntas, expongan inquietudes y dudas que les pueden haber surgido los primeros días a cerca de los cuidados del bebé. Las más habituales suelen ir relacionadas con el sueño ya que los bebés hay días en los que duermen mas y otros menos, con la piel, puesto que todos los bebés se pelan irremediablemente, con la uñas, porque algunos se arañan y las madres no saben cuándo ni cómo cortárselas y con la ropa, porque les preocupa mucho que su bebé vaya excesivamente abrigado o demasiado fresco. Otra de las cosas que se plantea en esta primera visita, si no se ha tocado ya el tema en el momento de controlar el peso, es de la alimentación del bebé, de cómo se le está alimentando, cada cuánto come, si regurgita, cómo son las deposiciones, cada cuánto las hace, si hay molestias al amamantar, si hay grietas en los pezones, etc.  

Otro de los temas que abordamos en esta primera visita es el calendario vacunal del bebé, mas concretamente se informa a los padres de las vacunas que no entran en el calendario de vacunación oficial, es decir, son los padres los que tienen que tomar la decisión de administrarselas a su hijo. Hay padres que presentan cierta inseguridad a la hora de tomar esa decisión, pero es importante recordarles que las vacunas son algo fundamental en la prevención de enfermedades del niño.

Es importante por parte del profesional de enfermería recibir todo este bombardeo de preguntas de forma tranquila y pausada, e intentar dar respuesta a todas ellas de forma que los padres lo entiendan. Para los padres es una de sus mayores preocupaciones el no tener los conocimientos y actitudes suficientes para afrontar esta nueva situación, sobre todo en padres primerizos, y una correcta resolución de sus dudas por parte del profesional les supondrá mayor tranquilidad y seguridad a la hora de atender las demandas del bebé.

En lineas generales en todo lo anteriormente citado consistiría el primer contacto entre bebé, padres y profesionales del Servicio de Pediatría del Centro de Salud de Atención Primaria.

GRACIAS.

 

 

 

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