El estrabismo es un trastorno en el cual los dos ojos no se alinean en la misma dirección, por lo que no miran al mismo objeto al mismo tiempo. Esta enfermedad de la vista se conoce más comúnmente como "ojos bizcos", según exponen el Medline Plus.
Estos profesionales explican que los ojos tienen diferentes músculos que los rodean y trabajan "como un equipo", permitiendo que ambos ojos enfoquen el mismo objeto.
Sin embargo, en alguien con estrabismo, estos músculos no trabajan juntos, por lo que un ojo mira a un objeto, mientras el otro ojo voltea en una dirección diferente y mira a otro objeto.
Cuando esto ocurre, se envían dos imágenes diferentes al cerebro, una desde cada ojo, por lo que el cerebro se confunde.
El cerebro de los niños con estrabismo, muchas veces aprende a ignorar la imagen proveniente del ojo más débil, por lo que, si la patología no se trata, el ojo que el cerebro ignora nunca verá bien. Esta pérdida de la visión se denomina ambliopía u "ojo vago".
Los síntomas del estrabismo pueden estar presentes todo el tiempo o, por el contrario, pueden aparecer y desaparecer.
Entre los más comunes se encuentran los siguientes:
- Ojos bizcos.
- Visión doble.
- Ojos que no se alinean en la misma dirección.
- Movimientos oculares descoordinados, por lo que los ojos no se mueven juntos.
- Pérdida de la visión o de la percepción de profundidad.
Se trata de una patología que, generalmente, se detecta en la infancia, y es importante destacar que, en muchos casos, los niños no se dan cuenta de que tienen visión doble. Por ello, son los padres quienes deben prestar atención para detectar estos síntomas y, consiguientemente, acudir a un especialista.
Causas del estrabismo
En la gran mayoría de los niños con estrabismo, la causa se desconoce. Se trata de un problema que, en más de la mitad de los casos, está presente al nacer o poco tiempo después, por lo que se denomina estrabismo congénito.
Por otro lado, una de las causas comunes tiene relación con el control muscular y no con la fortaleza del músculo.
Además, otros trastornos asociados con el estrabismo en niños incluyen síndrome de Apert, parálisis cerebral, rubéola congénita, hemangioma cerca del ojo durante la infacia, síndrome de incontinencia pigmentaria, síndrome de Noonan, síndrome de Prader-Willi, retinopatía del prematuro, retinoblastoma, lesión cerebral traumática o trisomía 18.
Un antecedente familiar de la enfermedad también puede ser un factor de riesgo. Además, cualquier otra enfermedad que cause pérdida de la visión también puede ocasionar estrabismo.
¿Cuándo visitar a un oftalmólogo?
Según explica el director médico de Oftalmología Pediátrica de Clínica Baviera, el doctor Carlos Laria, sufrir estrabismo en la infancia "no es normal nunca", por lo que alerta a los padres que es muy importante visitar a un especialista y "no tener miedo" de acudir al oftalmólogo.
"Que haya una pequeña alteración o descoordinación en los movimientos en los primeros dos o tres primeros meses de vida no es común, y a veces este estrabismo es la alerta de algún otro problema", insiste este profesional.
De este modo, Laria ha destacado algunas señales de alerta evidentes para los padres: “el pequeño se acerca demasiado a las fichas del colegio, presenta dolores de cabeza al volver del centro escolar, tiene un bajo rendimiento académico y un mal comportamiento, entre otros” factores.
Así, este doctor insiste en que, si se presenta cualquiera de estos signos de alarma, hay que visitar a un especialista. Además, recomienda una primera visita al oftalmólogo en el primer año de vida.
El doctor Carlos Laria asegura que hay problemas que se pueden resolver y prevenir, como el ojo vago, que puede ser generado por el propio estrabismo o por una gafa mal corregida, pero advierte que "no es lo mismo tratarlo con 6 años que en los primeros meses de vida, ya que, cuanto más mayor, más difícil y peor resultado del tratamiento".
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