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martes, 11 de noviembre de 2025

CONSEJO SOBRE PREVENTIVO SOBRE EL SUEÑO EN NIÑOS

                                                                   



EVOLUCIÓN DEL PATRÓN DEL SUEÑO "NORMAL". CONSEJOS FAMILIA

   Los niños y las niñas adquieren el patrón del sueño considerado ·"normal" de forma natural y espontánea ( como la deambulación y el control de esfínteres), pero como en otros aspectos del desarrollo infantil hay gran variedad. Los bebés duermen la mayor parte del día, hasta un total de 16-18 horas, pero se despiertan a menudo para comer, ya que su crecimiento es muy rápido. Hacia los 2 meses y medio pasan ya algún rato más largo despiertos y sin comer. A partir del segundo semestre de la vida van apareciendo las fases de sueño de la edad adulta, aunque cada bebé evolucionará de forma particular. Todavía son frecuentes los despertares.

El patrón adulto de sueño se adquiere hacia los 5-6 años. Se compone de ciclos con 5 fases, las primeras constituyen el sueño NO REM, y la quinta el sueño REM.

 -Fase 1: adormecimiento. Dura pocos minutos y se perciben estímulos del exterior

 -Fase 2: sueño ligero, ya no se perciben estímulos externos.

 -Fase 3: transición al sueño profundo. Si la persona se despierta en ese momento se encuentra confusa   y desorientada.

 -Fase 4: sueño profundo.

 -Fase 5: sueño REM donde se se producen los sueños y se caracteriza por movimientos rápidos de los ojos. Si la persona se despierta se encuentra descansada y alerta.


El sueño nocturno tiene 4 ó 5 ciclos de 90 a 120 minutos cada uno. El primer sueño REM de la noche dura 5 minutos, mientras que el último dura 30 minutos, gracias a esto, es más fácil despertarse a última hora de la noche con cualquier ruido que en la primera.

El patrón de duración de las diferentes fases del sueño varía con la edad: el porcentaje de sueño REM es mucho mayor en la infancia que en la edad adulta. Entre cada ciclo se vuelve a la fase 1 y, por tanto se percibe lo que ocurre en el entorno. Si todo está como al comenzar el sueño, este prosigue. Si se producen cambios, se pasa a un estado de alerta y hay un despertar, mecanismo de adaptación  durante la evolución que facilitó la supervivencia. Por eso conviene que los menores se acuesten a dormir en el mismo lugar en que van a pasar el resto de la noche.

El sueño tiene una función reparadora e interviene en la maduración neurológica cerebral. Dormir menos de lo necesario produce irritabilidad y disminución de la concentración. Aunque hay grandes variaciones interpersonales, el tiempo del sueño necesario varía con la edad. Parece que de 3 de cada 10 niños o niñas pueden tener alguna dificultad para adquirir un patrón de sueño regular. En muchos casos pueden tratarse de expectativas poco realistas por parte de la familia, en otros está relacionado con el temperamento infantil y en otros con las rutinas de sueño inadecuadas.


EL SUEÑO DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA. CONSEJOS PARA LAS FAMILIAS


Si su hijo o hija toma el pecho, es normal que lo pida varias veces durante la noche. Las tomas nocturnas producen descargas mayores de oxitocina y son muy útiles para favorecer la prolongación de la lactancia materna (LM). Es probable  que entre los 7 y 9 meses haga más tomas nocturnas. En general, los bebés que toman el pecho tardan más tiempo en establecer sueño prolongado. Sin embargo, la LM tiene interesantes ventajas para la salud del bebé y su madre, y es el modelo natural de desarrollo del ser humano.

 -Si ha optado por acostar al bebé en su propia cama para facilitar las tomas del pecho, recuerde que para disminuir el riesgo de SMSL el bebé debe estar acostado boca arriba, las mantas y edredones no deben ser pesados, el colchón ha de ser firme y no debe fumar en la casa. La LM contribuye a proteger este riesgo.

 -Si toma fórmula artificial, posiblemente haga pausas nocturnas más largas. Es preferible que duerma en su cuna, acostándole cuando aún está despierto. Si se despierta puede probar primero a consolarle. Se recomienda no encender la luz, ni jugar con él y no sacarlo de la cuna.

 -Si llora intente calmarle con gestos tranquilos. Hacia el año de vida no debe alimentarse durante la noche, debe comprender que la noche es para dormir. Si se alimenta de noche tiene más riesgo de caries. La leche materna no es cariogénica, mientras que las fórmulas pueden serlo, especialmente.


HIGIENE DEL SUEÑO


Cada familia tiene un nivel de tolerancia y sus propias creencias: no hay sistemas buenos ni malos, solo diferentes, aunque siempre hay que mostrar sensibilidad a las necesidades de cada niño o niña en particular y entender que hay circunstancias en que el sueño se trastorna( enfermedades, cambios o crisis familiares..)

Los progenitores deben decidir cuál es el momento en que van a sacar a su hijo o hija de la habitación.

Se recomienda que sea alrededor de los 6 meses, antes de que aparezca la angustia ante el extraño, y también es porque es el mejor momento para establecer rutinas y que adquiera la capacidad de dormirse por sí solo.

Si el bebé permanece en la habitación de sus progenitores será atendido de inmediato si llora. Los ruidos y las acciones de las personas adultas alteran su sueño y si responde cada vez que el bebé se despierta( darle agua, ponerle el chupete, tocarle...), este no logrará ser autónomo para conciliar el sueño.

 -Elija un juguete que sea su compañero de cuna. Este objeto servirá de transición dese la dependencia de los progenitores hacia su autonomía y será el objeto que le tranquilizará.

 -Deje abierta la puerta del cuarto y si lo desea una luz tenue en el pasillo.

 -Procure que la habitación tenga una temperatura confortable y que no haya ruido ambiental. Conviene que lleve ropa adecuada.

 -No conviene que se acueste con hambre.

 -Tener una hora más o menos estable para levantarse y acostarse.

 -Las últimas horas de la tarde se dedicarán a juegos tranquilos. Conviene hacer siempre lo mismo a la hora de acostar al menor. Utilizar distintas rutinas puede dificultar el aprendizaje de dormir.

 .Se evitarán sustancias excitante en la cena y beber demasiados líquidos

 -Es adecuado establecer una rutina especial a la hora de dormir: tras el baño y el cepillado dental, se va al cuarto y se puede tener unos minutos de transición en los que se lee o recita un cuento, se recuerda lo vivido en el día y se planifica la jornada siguiente. Luego un beso y una despedida breve.

 -No conviene favorecer que se quede dormido en un sofá u otro lugar.


Si el menor se despierta por la noche, acuda a su habitación. Conviene mostrarse sereno y emitir un mensaje sencillo. " es hora de dormir mama y papa están cansados, te queremos hasta mañana" Enfadarse, amenazar solo sirve para asustarlo.


                                                                



VENTAJAS Y RIESGOS DEL COLECHO

Ventajas:

-Mejora la estabilidad respiratoria, la oxigenación y la termorregulación en el bebé.

-Provoca despertares sincronizados con la madre, disminuye las fases profundas de sueño.

-Aumenta la prevalencia y duración de la lactancia materna y la producción de leche.

-Facilita el descanso de las madres que amamantan.

-En las zonas en que su práctica es la norma, el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL) es poco frecuente.

-Favorece el desarrollo de vínculos de apego.

-Favorece el establecimiento de patrones de sueño similares a los de la persona adulta.


Riesgos:

-Si el padre o la madre fuman

-Si los progenitores han tomado alcohol o drogas.

-Con hermanos o hermanas.

-En sofá, cama blanda, con almohadas o mantas pesadas.

-En condiciones de hacinamiento en la vivienda.

-Dicha práctica puede ir en contra de la autonomía de los menores, el sueño como elemento de individualidad y de abandono propio.

-El descanso en la cama de los progenitores puede interferir en las relaciones de la pareja.





sábado, 8 de noviembre de 2025

MORDERSE LAS UÑAS EN NIÑOS

 Se calcula que aproximadamente entre el 40 y el 45% de los menores se muerde las uñas. La onicofagia o hábito de morderse las uñas, es un problema frecuente en la infancia. Alrededor de los 3 o 4 años, algunos niños empiezan a morderse las uñas. La mayoría superan esta costumbre con la edad, pero un 10% continúa mordiéndoselas de adulto. Por eso conviene eliminar esta mala costumbre antes de que se vuelva rutinaria. Es un hábito que puede estar relacionado con varias causas y, para tratarlo adecuadamente, lo primero es saber qué lo provoca.

¿Por qué se muerde las uñas?

Morderse las uñas se considera un hábito nervioso que afecta al 20-30% de la población, sin importar la edad. Tiene importantes consecuencias físicas, ya que puede causar infecciones bacterianas, así como afectar a la unidad ungueal y la cavidad oral. También afecta a la autoestima, ya que nos podemos llegar a sentir acomplejados por el aspecto de nuestras uñas y eso puede perjudicar nuestra interacción con los demás.    La razón por la que los niños y los adultos se muerden las uñas es todo un misterio. Los especialistas lo relacionan con múltiples y variados factores de origen psicológico como el aburrimiento, el estrés, la preocupación, la frustración, la ansiedad, la costumbre e incluso la imitación (si uno de sus progenitores se muerde las uñas, es más probable que el peque también lo haga).

¿Está nervioso o es muy perfeccionista?

Estas son las causas más comunes de la onicofagia. En cuanto a los nervios, este hábito es una de las formas de aliviar las preocupaciones de la niñez (como tener que aprobar un examen, trasladarse de cole o hacer amigos nuevos). Merece la pena mencionar, por lo curioso de su resultado, un estudio publicado en 2015 en el Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry. Dicho artículo académico indica que el motor de la onicofagia no es la ansiedad, sino el perfeccionismo. El impacto de las emociones en las conductas repetitivas centradas en el cuerpo concluye que quienes se muerden las uñas suelen ser perfeccionistas y que hacerlo puede ayudarles a calmar su irritación, aburrimiento, frustración o insatisfacción. 

Identificar la causa

Es importante identificar si nuestro hijo se muerde las uñas cuando está distraído o si se las muerde cuando hay un motivo de estrés o ansiedad. En el primer caso lo más probable es que lo deje de hacer por sí mismo, pero en el segundo caso tendríamos que intentar descubrir cuál es la causa de su ansiedad (un problema en el cole, la llegada de un hermanito, un divorcio, timidez asociada a interacciones sociales, vergüenza, un cambio de vivienda...) Es importante no regañarle ni castigarle porque puede que no se dé cuenta de que lo está haciendo ni de sus repercusiones, pero es conveniente intervenir para que lo identifique y empiece a controlarlo. Lo haremos siempre con paciencia, naturalidad y suavidad; sin mostrar insistencia ni enfado. Si insistimos mucho se puede convertir en una lucha de poderMorderse las uñas también puede ser una manía asociada a una actividad concreta como ver la tele. Lo mejor en este caso es hacer consciente al niño del momento en que se muerde las uñas y proporcionarle algún pequeño objeto para que lo manipule o hacerle entrelazar los dedos de las manos. Así conseguimos sustituir el mal hábito por una asociación inocua (ver la tele y apretar una pelota de goma, en lugar de ver la tele y morderse las uñas, por ejemplo). Los niños pequeños también pueden morderse las uñas para imitar a alguno de sus padres. En tal caso el trabajo comienza por nosotros mismos: debemos esforzarnos por evitar modernos las uñas delante del niño. Como a menudo se trata de un acto inconsciente, es aconsejable explicarle que aunque nosotros lo hagamos, es un mal hábito que nos gustaría corregir. Para ello podemos pedirle su "ayuda" y hacer que nos avise para "corregirnos" cada vez que nos vea hacerlo.   

Cómo ayudarle a dejar de hacerlo

Para contribuir a que deje de morderse las uñas, debemos intentar que sea consciente de lo que hace y de sus consecuencias, y ayudarle a abandonar esta costumbre siguiendo los siguientes pasos:
  • Haz que se dé cuenta. Debes alertarle cuando esté haciéndolo para que sea consciente, no como reproche. Una buena idea es establecer una clave especial para avisarle cuando se muerda las uñas como guiñarle un ojo, silbar o tocarle el hombro.
  • Busca soluciones. Si él quiere, se le pueden poner tiritas divertidas en las uñas o comprar en la farmacia algún producto no tóxico específico para evitar que se las muerda. Los métodos de relajación también pueden ser útiles si el hábito es producido por la ansiedad o los nervios.
  • Pacta con tu peque el proteger una uña. Si le parece bien, puedes pactar el "salvar" a una de las uñas de ser mordidas. Algo como "quizás puedas conseguir no morder esta uña". Si lo logra, tras cortarla podemos preguntar si quiere salvar una segunda uña para la próxima vez.
  • Explícale que le perjudica. Se hace daño, provoca heridas e infecciones, los dientes se desgastan, da mala imagen... Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño.
  • Felicítale por sus avances. La burla o el castigo aumentan el problema, ya que favorece la ansiedad.
   Cada niño es un mundo y es necesario ir probando lo que funciona en el caso de nuestro hijo. Por último, si notamos que este hábito puede reflejar algún trastorno o problema (como una ansiedad excesiva) debemos acudir al pediatra o psicólogo infantil para que nos ayude a solucionar el problema.