Subscribe:

sábado, 8 de noviembre de 2025

MORDERSE LAS UÑAS EN NIÑOS

 Se calcula que aproximadamente entre el 40 y el 45% de los menores se muerde las uñas. La onicofagia o hábito de morderse las uñas, es un problema frecuente en la infancia. Alrededor de los 3 o 4 años, algunos niños empiezan a morderse las uñas. La mayoría superan esta costumbre con la edad, pero un 10% continúa mordiéndoselas de adulto. Por eso conviene eliminar esta mala costumbre antes de que se vuelva rutinaria. Es un hábito que puede estar relacionado con varias causas y, para tratarlo adecuadamente, lo primero es saber qué lo provoca.

¿Por qué se muerde las uñas?

Morderse las uñas se considera un hábito nervioso que afecta al 20-30% de la población, sin importar la edad. Tiene importantes consecuencias físicas, ya que puede causar infecciones bacterianas, así como afectar a la unidad ungueal y la cavidad oral. También afecta a la autoestima, ya que nos podemos llegar a sentir acomplejados por el aspecto de nuestras uñas y eso puede perjudicar nuestra interacción con los demás.    La razón por la que los niños y los adultos se muerden las uñas es todo un misterio. Los especialistas lo relacionan con múltiples y variados factores de origen psicológico como el aburrimiento, el estrés, la preocupación, la frustración, la ansiedad, la costumbre e incluso la imitación (si uno de sus progenitores se muerde las uñas, es más probable que el peque también lo haga).

¿Está nervioso o es muy perfeccionista?

Estas son las causas más comunes de la onicofagia. En cuanto a los nervios, este hábito es una de las formas de aliviar las preocupaciones de la niñez (como tener que aprobar un examen, trasladarse de cole o hacer amigos nuevos). Merece la pena mencionar, por lo curioso de su resultado, un estudio publicado en 2015 en el Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry. Dicho artículo académico indica que el motor de la onicofagia no es la ansiedad, sino el perfeccionismo. El impacto de las emociones en las conductas repetitivas centradas en el cuerpo concluye que quienes se muerden las uñas suelen ser perfeccionistas y que hacerlo puede ayudarles a calmar su irritación, aburrimiento, frustración o insatisfacción. 

Identificar la causa

Es importante identificar si nuestro hijo se muerde las uñas cuando está distraído o si se las muerde cuando hay un motivo de estrés o ansiedad. En el primer caso lo más probable es que lo deje de hacer por sí mismo, pero en el segundo caso tendríamos que intentar descubrir cuál es la causa de su ansiedad (un problema en el cole, la llegada de un hermanito, un divorcio, timidez asociada a interacciones sociales, vergüenza, un cambio de vivienda...) Es importante no regañarle ni castigarle porque puede que no se dé cuenta de que lo está haciendo ni de sus repercusiones, pero es conveniente intervenir para que lo identifique y empiece a controlarlo. Lo haremos siempre con paciencia, naturalidad y suavidad; sin mostrar insistencia ni enfado. Si insistimos mucho se puede convertir en una lucha de poderMorderse las uñas también puede ser una manía asociada a una actividad concreta como ver la tele. Lo mejor en este caso es hacer consciente al niño del momento en que se muerde las uñas y proporcionarle algún pequeño objeto para que lo manipule o hacerle entrelazar los dedos de las manos. Así conseguimos sustituir el mal hábito por una asociación inocua (ver la tele y apretar una pelota de goma, en lugar de ver la tele y morderse las uñas, por ejemplo). Los niños pequeños también pueden morderse las uñas para imitar a alguno de sus padres. En tal caso el trabajo comienza por nosotros mismos: debemos esforzarnos por evitar modernos las uñas delante del niño. Como a menudo se trata de un acto inconsciente, es aconsejable explicarle que aunque nosotros lo hagamos, es un mal hábito que nos gustaría corregir. Para ello podemos pedirle su "ayuda" y hacer que nos avise para "corregirnos" cada vez que nos vea hacerlo.   

Cómo ayudarle a dejar de hacerlo

Para contribuir a que deje de morderse las uñas, debemos intentar que sea consciente de lo que hace y de sus consecuencias, y ayudarle a abandonar esta costumbre siguiendo los siguientes pasos:
  • Haz que se dé cuenta. Debes alertarle cuando esté haciéndolo para que sea consciente, no como reproche. Una buena idea es establecer una clave especial para avisarle cuando se muerda las uñas como guiñarle un ojo, silbar o tocarle el hombro.
  • Busca soluciones. Si él quiere, se le pueden poner tiritas divertidas en las uñas o comprar en la farmacia algún producto no tóxico específico para evitar que se las muerda. Los métodos de relajación también pueden ser útiles si el hábito es producido por la ansiedad o los nervios.
  • Pacta con tu peque el proteger una uña. Si le parece bien, puedes pactar el "salvar" a una de las uñas de ser mordidas. Algo como "quizás puedas conseguir no morder esta uña". Si lo logra, tras cortarla podemos preguntar si quiere salvar una segunda uña para la próxima vez.
  • Explícale que le perjudica. Se hace daño, provoca heridas e infecciones, los dientes se desgastan, da mala imagen... Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño.
  • Felicítale por sus avances. La burla o el castigo aumentan el problema, ya que favorece la ansiedad.
   Cada niño es un mundo y es necesario ir probando lo que funciona en el caso de nuestro hijo. Por último, si notamos que este hábito puede reflejar algún trastorno o problema (como una ansiedad excesiva) debemos acudir al pediatra o psicólogo infantil para que nos ayude a solucionar el problema.

sábado, 18 de octubre de 2025

DOLOR DE CABEZA EN NIÑOS

 

Descripción general

Los dolores de cabeza en los niños son comunes y generalmente no son graves. Al igual que los adultos, los niños pueden desarrollar diferentes tipos de dolores de cabeza, entre ellos migrañas o dolores de cabeza relacionados con el estrés (tensión). Los niños también pueden tener dolores de cabeza diarios crónicos.

En algunos casos, los dolores de cabeza en los niños son causados por una infección, altos niveles de estrés o ansiedad, o por un traumatismo craneal menor. Es importante que prestes atención a los síntomas de dolor de cabeza de tu hijo y que consultes a un médico si empeoran o se presentan con frecuencia.

Los dolores de cabeza en los niños, por lo general, se pueden tratar con analgésicos de venta libre y con hábitos saludables, como un horario regular para dormir y comer.





Síntomas

Los niños tienen los mismos tipos de dolores de cabeza que los adultos, pero sus síntomas pueden ser un poco diferentes. Por ejemplo, el dolor de la migraña en los adultos suele durar al menos cuatro horas, pero en los niños, el dolor puede durar mucho menos.

Las diferencias en los síntomas pueden dificultar la identificación del tipo de dolor de cabeza en un niño, especialmente en un niño pequeño que no puede describirlos. Sin embargo, generalmente determinados síntomas pertenecen más frecuentemente a determinadas categorías.


Migraña

Las migrañas pueden causar:

  • Dolor de cabeza pulsátil o palpitante
  • Dolor que empeora con la actividad
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Dolor abdominal
  • Sensibilidad extrema a la luz y al sonido

Incluso los bebés pueden tener migrañas. Un niño que es demasiado pequeño para decirte lo que está mal puede llorar o mecerse hacia adelante y hacia atrás para indicar que tiene un dolor intenso.


Cefalea tensional

Las cefaleas tensionales pueden causar lo siguiente:

  • Una opresión en los músculos de la cabeza o el cuello
  • Dolor leve o moderado, no pulsátil en ambos lados de la cabeza
  • Dolor que no empeora con la actividad física
  • Dolor de cabeza que no está acompañado de náuseas o vómitos, como suele suceder con la migraña

Los niños más pequeños pueden dejar el juego regular y querer dormir más. Las cefaleas tensionales pueden durar de 30 minutos a varios días.


Cefalea en brotes

Las cefaleas en brotes son poco frecuentes en niños menores de 10 años. Características generales de las cefaleas en brotes:

  • Ocurren en grupos de cinco o más episodios, que van desde un dolor de cabeza cada dos días hasta ocho al día.
  • Implican un dolor agudo y punzante en un lado de la cabeza que dura menos de tres horas.
  • Están acompañadas de lagrimeo, congestión, secreción nasal, inquietud o agitación.

Dolor de cabeza diario crónico

Los médicos usan la frase "dolor de cabeza crónico diario" para las migrañas y los dolores de cabeza tensionales que ocurren más de 15 días al mes. El Dolor de cabeza diario crónico puede tener como causa una infección, un traumatismo craneal leve o la toma de analgésicos, incluso medicamentos de venta sin receta médica, con demasiada frecuencia.


Cuándo consultar al médico

La mayoría de los dolores de cabeza no son graves, pero busca atención médica de inmediato si los dolores de cabeza de tu hijo:

  • Despiertan a tu hijo del sueño
  • Empeoran o se vuelven más frecuentes
  • Cambian la personalidad de tu hijo
  • Siguen a una lesión, como un golpe en la cabeza
  • Presentan vómitos persistentes o cambios visuales
  • Están acompañados de fiebre y dolor o rigidez en el cuello

Habla con el médico de tu hijo si estás preocupado o tienes preguntas sobre los dolores de cabeza de tu hijo.


Causas

Distintos factores pueden causar que tu hijo sufra de dolores de cabeza. Los factores incluyen:

  • Enfermedad e infección. Las enfermedades comunes como resfriados, gripe e infecciones en los oídos y los senos paranasales son algunas de las causas más frecuentes de los dolores de cabeza en los niños. En muy raras ocasiones, la meningitis o la encefalitis pueden causar dolores de cabeza.
  • Traumatismo craneal. Las protuberancias y los moretones pueden causar dolores de cabeza. Aunque la mayoría de los traumatismos craneales son menores, busca atención médica inmediata si tu hijo se cae con fuerza de cabeza o recibe un golpe fuerte en esta. Además, comunícate con un médico si el dolor de cabeza de tu hijo empeora constantemente después de una lesión en la cabeza.
  • Factores emocionales. El estrés y la ansiedad, quizás provocados por problemas con los compañeros, los maestros o los padres, pueden desempeñar un papel importante en los dolores de cabeza de los niños. Es posible que los niños con depresión se quejen de dolores de cabeza, particularmente si tienen dificultad para reconocer los sentimientos de tristeza y de soledad.
  • Predisposición genética. Los dolores de cabeza, particularmente las migrañas, tienden a ser hereditarios.
  • Ciertos alimentos y bebidas. Los nitratos (un conservante alimenticio que se encuentra en las carnes curadas, como el tocino, la mortadela y los perritos calientes) pueden desencadenar dolores de cabeza, al igual que el glutamato monosódico, un aditivo alimenticio. Además, demasiada cafeína (presente en las gaseosas, los chocolates y las bebidas isotónicas) puede causar dolores de cabeza.
  • Problemas en el cerebro. En raras ocasiones, un tumor cerebral o un absceso o sangrado en el cerebro pueden ejercer presión sobre áreas de este y causar un dolor de cabeza crónico que empeora. Sin embargo, en estos casos generalmente hay otros síntomas, como problemas visuales, mareos y falta de coordinación.

Factores de riesgo

Cualquier niño puede tener dolores de cabeza, pero son más comunes en estos grupos:

  • Niñas después de llegar a la pubertad
  • Niños que tienen antecedentes familiares de dolores de cabeza o migrañas
  • Adolescentes más grandes

Prevención

Lo siguiente puede ayudarte a prevenir los dolores de cabeza o a reducir la intensidad de los dolores de cabeza en los niños:

  • Practica comportamientos saludables. Los comportamientos que promueven la buena salud general también pueden ayudar a prevenir los dolores de cabeza de tu hijo. Estas medidas de estilo de vida incluyen dormir lo suficiente, hacer actividad física, comer comidas y refrigerios saludables, beber hasta ocho vasos de agua al día y limitar la cafeína.
  • Reduce el estrés. El estrés y los horarios ocupados pueden aumentar la frecuencia de los dolores de cabeza. Mantente alerta ante las cosas que puedan causar estrés en la vida de tu hijo, tales como la dificultad para hacer las tareas escolares o las relaciones tensas con sus compañeros. Si los dolores de cabeza de tu hijo están relacionados con la ansiedad o la depresión, considera hablar con un consejero.
  • Mantén un diario sobre los dolores de cabeza. Un diario puede ayudarte a determinar qué causa los dolores de cabeza de tu hijo. Anota cuándo comienzan los dolores de cabeza, cuánto duran y qué proporciona alivio, en tal caso.

    Registra la respuesta de tu hijo al tomar cualquier medicamento para aliviar el dolor de cabeza. Con el tiempo, los elementos que anotes en el diario sobre los dolores de cabeza deben ayudarte a entender los síntomas de tu hijo para que puedas tomar medidas preventivas específicas.

  • Evita los desencadenantes de los dolores de cabeza. Evita cualquier alimento o bebida, como los que contienen cafeína, que parezca desencadenar los dolores de cabeza. Tu diario sobre los dolores de cabeza puede ayudarte a determinar qué es lo que provoca los dolores de cabeza de tu hijo, para que sepas qué debes evitar.
  • Sigue el plan del médico. Es posible que el médico recomiende medicamentos preventivos si los dolores de cabeza son intensos, ocurren diariamente e interfieren en el estilo de vida normal de tu hijo. Ciertos medicamentos que se toman a intervalos regulares (como algunos antidepresivos, anticonvulsivos o betabloqueantes) pueden reducir la frecuencia y la intensidad de los dolores de cabeza.