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miércoles, 16 de julio de 2025

PROBLEMAS DE CONDUCTA EN NIÑOS: PAUTAS PARA LOS PADRES

                                                              

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

  A  menudo, muchos padres llegan a la consulta preocupados por el comportamiento de su hijo. Algunos niños demandan mucha atención, otros necesitan cuidados especiales y los padres no siempre saben muy bien qué hacer en cada momento. La desobediencia, los insultos, los gritos, la agresión verbal o física y las rabietas son los problemas de conducta más frecuentes que los padres suelen detectar.


Es importante destacar que estas conductas disruptivas se pueden considerar incluso "normales" en determinadas etapas del desarrollo infantil, permitiendo al menor explorar el entorno, sus posibilidades y límites; ayudan a desarrollar su propia identidad y favorecen su autonomía e independencia.


Sin embargo, existe una delgada línea entre lo "normal" y lo problemático, entre lo adaptativo y lo desadaptativo. Determinar hasta qué punto es normal, va depender de múltiples factores, como puede ser su edad, su desarrollo físico y emocional y su temperamento, entre otros. También conviene fijarse en la intensidad, frecuencia y duración del problema, el  ámbito en el que ocurre. A veces por muy insignificante que nos parezca, el simple hecho de que un niño esté cansado , tenga hambre o simplemente no le apetezca nada hacer aquello que le pedimos, puede ser un motivo suficiente para desencadenar un problema o una rabieta.

¿Qué son las rabietas?

Es la manera que tiene un niño de manifestar su frustración ante un deseo que no puede cumplir. Suelen darse ante figuras de autoridad ( padres , maestros y otros adultos). y se expresan en forma de llanto, pataleo, gritos, enfado, agresión a objetos o cuidadores, etc

Las rabietas suelen empezar alrededor de los 12-18 meses y hasta los 4-5 años de edad forman parte del desarrollo infantil normal. Cumplidos los 5-6 años, estas conductas deberían haber desaparecido del repertorio conductual del menor. No obstante a estas edades, los niños todavía no han adquirido un nivel de madurez emocional que les permita autorregularse en situaciones de estrés o frustración.

Asimismo, a veces ocurre que los niños han aprendido a obtener lo que quieren por medio de una rabieta ( por ejemplo, en el caso que un nene que está con su madre en el supermercado: " si grito y lloro, al final mi madre me va a comprar las chuches que quiero") .En este ejemplo, si la madre cede ante la conducta de llorar y gritar del niño, estará favoreciendo que se vuelva a repetir su conducta en el futuro ya que, de este modo ( mediante una rabieta), él consiguió las chuches que quería.


¿Cómo prevenir los padres los problemas de conducta?

Pautas que serán de gran ayuda para aprender a prevenir a manear los problemas de conducta de los pequeños:

1. Elaborar un horario con tareas diarias/semanales y establecer rutinas: se recomienda que se haga de manera visual, en un folio y dejarlo en un lugar donde el niño pueda verlo, para saber en cada momento qué toca hacer. Es preferible que se incluyan tareas en las cuales puedan participar todos los miembros de la familia. Para motivar al niño, también se aconseja intercalar el tiempo para hacer tareas y el tiempo para jugar. De este modo conseguiremos que el niño tenga una recompensa tras cumplir con su obligación.

2. Establecer normas y límites. por ejemplo, normas relacionadas con los hábitos y rutinas diarias ( hora de levantarse, de desayunar, hora de hacer deberes, hora de jugar) y normas relacionadas con convivencia y límites, que son las que marcarán los valores dentro de la familia (" no se pega", " las cosas se piden por favor", " no decimos mentiras") en este punto, es imprescindible que los padres lleguen a un consenso.

3.Ser flexibles y realistas: No está de más recordar que estamos hablando de pautas para niños que están en constante cambio y aprendizaje. Por ello, y en la medida de lo posible, es importante no establecer normas demasiado estrictas si pensamos que nuestro niño todavía no está lo suficientemente preparado cognitiva y emocionalmente para cumplirlas. No es realista, por ejemplo, pedirle a un niño de 3 años que permanezca en silencio durante 30 minutos.

4.Firmeza: Cuando un niño está alterado, lo que necesita de nosotros es que mantengamos un tono de voz calmado, firme que trasmita seguridad, y evitar subir el tono de voz. También es importante mantenerse firmes ante las quejas del niño a la hora de aplicar una consecuencia.

5.Reforzar la conducta que deseamos que el niño realice. Por ejemplo, elogiar al niño cuando está poniendo la mesa, o cuando lleva 5 minutos seguidos haciendo los deberes en silencio. De este modo, aumentamos la probabilidad de que vuelva a ocurrir dicha conducta o de que se mantenga. De lo contrario, si pasa desapercibida la conducta deseada, tendrá menos posibilidad de que se vuelva a dar.

6. Ignorar la conducta no deseada. Siempre y cuando sea posible, para extinguir la conducta problema es preferible no darle atención. En el ejemplo del niño en el supermercado, si en vez de ceder ante los gritos y llanto le tratamos de ignorar, finalmente su conducta se extinguirá. Si le respondemos gritando, con enfado y amenazas , por ejemplo "! como no dejes ya de llorar, te castigo sin jugar a la tablet! estamos favoreciendo que la rabieta continúe o se incremente, ya que su frustración ya no será solo por no conseguir que le compremos las chuches, sino también por la consecuencia de perder algo que le gusta.

7. Ofrecer alternativas: Cuando los peques han aprendido a salirse con la suya es importante volver a tomar el control de la situación. Siguiendo con el ejemplo anterior, si no queremos comprar las chuches que el niño desea, podemos darles a elegir entre dos alternativas diferentes, diciéndole por ejemplo: " ya compramos chuches la última vez, ahora puede elegir entre las galletas o tu fumo favorito".

8. Aplicar avisos: Con el objetivo de preparar al niño para realizar la conducta deseada, es aconsejable emitir primero una orden más sencilla, por ej " cariño, en cinco minutos tendrás que ir a lavarte las manos para comer"

9. Aplicación de consecuencias: Antes de aplicar un castigo, es preferible que se le anticipe al niño que ocurrirá si incumple una orden. Se aconseja poner consecuencias realistas y consistentes ( es decir, todas las veces que el niño incumpla esa norma, y no a veces si y otras no).

10. Pasar tiempo de calidad con los hijos: Entre 15-30 min al día, es recomendable que los padres jueguen con sus hijos. Se trata de conectar con ellos, escucharles, atenderles, calmarles, abrazarles etc., con el objetivo de crear un vínculo. Nada de castigos, ni de imponer normas. La única norma es disfrutar de su compañía.


                                                                


                                                         


                                                                    

Recomendaciones a la hora de dar órdenes correctamente a sus hijos:


1. Reducir el número de órdenes dentro de la misma frase: Cambiar órdenes complejas como: " Carla, guarda tus juguetes y apaga la tele, ve a ponerte el pijama y a lavarte los dientes, y a la cama" por órdenes más cortas. Por ejemplo: " Carla, es hora de dormir. Recoge tus juguetes, por favor" . Espera 5- 10 segundos para que acate la orden. Una vez completada, seguimos con el resto de órdenes.

2. Dar órdenes breves, claras y concretas: Las órdenes " Pórtate bien" o ¿ vas a lavarte ya las manos o qué?" pueden no ser comprendidas por el niño. Por eso, lo mejor es emplear otras que sean más claras y concretas" haz la cama", " Lávate los dientes" etc

3. Dar ordenes en positivo: Pasarse el día diciendo frases como ! No subas los pies a la silla!" o !No corras por el pasillo!", además de enfocar la atención solo en conductas negativas de los niños, esto nos impedirá ver y reforzar aquellas conductas positivas que nos interesan que cumplan. Para conseguir que nos obedezcan, es mejor formular la frase en positivo y de forma asertiva, por ejemplo: Ana, dibuja en la hoja que te he dado, por favor", en lugar de "!te tengo dicho que no dibujes en la mesa, me tienes harta"!

4. Emitir la orden y anunciar la recompensa: En la primera parte, le diremos al niño lo que tiene que hacer, y en la segunda parte le anunciaremos la recompensa que tendrá si lo hacer. Por ejemplo " si terminas los deberes antes de las cinco, bajaremos al parque a jugar". De esta manera, estaremos favoreciendo también la motivación del niño.


Sabemos que educar no es una tarea fácil y que cada niño es diferente. Además, como personas que somos, los adultos a veces también perdemos los nervios en situaciones que nos desbordan. Espero que estas orientaciones sean de vuestro interés y os ayuden a la hora de mantener en equilibrio y armonía familiar.




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