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martes, 22 de octubre de 2013

EDUCACIÓN PARA PADRES SOBRE HÁBITOS DE SUEÑO EN LA INFANCIA






    Al igual que enseñamos a nuestros hijos otras conductas para adquirir un estado de autonomía progresivo, debemos enseñarles a dormir solos. Un niño con hábitos de sueño poco saludables puede ver alterado su desarrollo y su conducta, así como generar un gran estrés familiar.
   Hay que destacar que la cantidad de sueño nocturno varía en cada niño, algunos duermen más, otros menos; pero la mayoría es capaz de dormir toda la noche, sin determinar una cantidad exacta de horas. Nuestro deber como padres no es la de dormir al niño, sino la de facilitarle que sea él quien concilie el sueño y aprenda a dormirse solo.
   Para evitar problemas con el sueño hay que favorecer el normal desarrollo de los patrones de sueño- vigilia. Para la maduración integral del niño es fundamental un buen apego. El apego es el vínculo afectivo que establece el niño con la madre o con la persona que lo cuida la mayor parte del tiempo. No es dependecia, no implica sobreprotección. Debe ser un elemento de seguridad y evolucionará durante los primeros años de vida.
Para establecer un buen apego es importante:

  • Percibir las señales del niño y responder a ellas correcta y rápidamente. 
  • Responder siempre de la misma manera ante la misma conducta del niño.
  • Mantener un contacto físico frecuente, pero no agobiante, con el niño.
  • Dejar decidir al niño en lo que pueda, para así favorecer su autonomía 
    Para el niño, el hecho de dormir puede implicar separación. Una buena separación implica que dormir sea un acto de placer para los padres y el niño. Una mala separación hará que el niño y los padres respondan con ansiedad ante el momento de dormir. Se debe favorecer que el niño pase momentos durante el día solo en otra estancia para favorecer su autonomía.
    Para establecer un buen hábito de sueño es necesario que el niño sepa, pase lo que pase, que siempre va a obtener la misma respuesta adecuada por parte de los padres, que además deben estar convencidos de que están haciendo lo mejor para sus hijos. La reacción del niño ante esta respuesta puede ser violenta (saltar de la cuna, gritar), puede querer negociar ("quédate un ratito, sólo un cuento más"), hacerse la víctima (llorar con auténtica tristeza) o hacer peticiones constantes ("me hago pis") o cualquier otra cosa que nos obligue a atenderle.
     El niño debe estar en conocimiento de algunos límites, como por ejemplo cuánto tiempo le va a dedicar el padre / madre antes de dormir, para así no excederse en ellos. Darle el gusto de ceder ante sus peticiones puede hacer que el niño perciba la hora de acostarse como un momento que se puede postergar indefinidamente. El problema de los límites suele aparecer alrededor de los dos años, cuando el niño se niega a ir a dormir. Los padres deben saber que tienen que fijar un horario para irse a la cama aunque en ese momento esté alerta y juguetón. Los pequeños suelen ser muy creativos a la hora de inventar excusas para evitar este momento, por eso los padres deben mantener una actitud firme para y no dilatar el acostarse para evitar el refuerzo de conductas de evitación.
   Una queja común de los padres es que el niño no se duerme si no está en brazos o se le acuna. Este hecho significa que el niño está asociando quedarse dormido con algún elemento externo (estar acompañado, caricias...). Cuando ese elemento externo no está, el niño es incapaz de quedarse dormido. Es normal que los padres sientan la necesidad de ayudar a su hijo a dormirse, pero también es necesario que aprendan buenos hábitos de sueño.
   Con esto no se está diciendo  que los padres deban ignorar al niño cuando llora. Lo que se debe hacer es acudir a ver qué pasa (para descartar que el llanto sea por hambre, cambio de pañales...), acariciarlo brevemente  y dejarlo que se duerma solo. No hay que olvidar que hay que fomentar un ambiente de relajación previo al acto de dormir y evitar bebidas con cafeína. Dormir con un peluche también puede favorecer que el niño se sienta más seguro.


Fuentes:

 Página web Insituto del Sueño: http://www.institutodelsueno.cl/
 Página web de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria : www.aepap.org




   





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